El presidente y director ejecutivo de Ingersoll Rand, y su esposa, ayudan a organizaciones locales, donde han involucrado a sus hijas.
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Fotos crédito: Vicente Reynal (cortesía) & Amando Chávez | Norsan Media
Él nació y creció en Huma- cao, Puerto Rico, mientras que ella lo hizo en Panamá, donde vivió gran parte de su vida.
Melany llegó a los Estados Unidos cuando tenía 18 años de edad para estudiar y tener una carrera profe- sional. Inició en Maryland, donde vi- vía con unos tíos, para luego seguir sus estudios superiores en Georgia Tech, Atlanta.
Vicente, cuando solo tenía 16 años, llegó a Estados Unidos. También estudió en Georgia Tech, Ingeniería Mecánica, pero tuvo tres trabajos para poder cubrir su matrí- cula y los gastos de manutención.
CASADOS
Próximos a celebrar su 21 aniversa- rio de matrimonio, ambos recuerdan el momento en que se conocieron. “Él ya se había graduado, pero yo continuaba estudiando”, dijo Me- lany. “Al estar en el mismo grupo
de estudiantes latinos en Atlanta, frecuentaba los mismos lugares y ahí nos fuimos conociendo y forma- lizando nuestra relación”
Vicente indicó que durante todo este tiempo de casados, por cues- tiones de trabajo y buscando las mejores oportunidades, han vivido en siete ciudades diferentes y que el apoyo de Melany ha sido fundamen- tal para salir adelante. “Si teníamos que cambiarnos de ciudad y hasta de país para buscar algo mejor, siempre estuvo ahí”.
FAMILIA
“Nuestras carreras estaban en un punto de viajar y demás compromi- sos, entonces empezó nuestro rol y decidimos que él se dedicara a su carrera y yo pasara más tiempo con nuestras hijas”, recordó Melany, que estudió Ingeniería Eléctrica. “Con el nacimiento de nuestras primeras dos hijas seguí trabajando, pero ya con la tercera no pude”, dijo entre risas.
Enfocándose en sus nuevos pro- yectos profesionales, Vicente creyó conveniente que su esposa se vaya involucrando en apoyar a organi- zaciones, que luego con el paso de los años han incluido a sus hijas para que continúen con esta labor comunitaria.
ORGANIZACIONES
“Siempre hemos tenido presente que estamos muy bien, gracias a la ayuda de mucha gente a través de diversas formas. Por eso empeza- mos a buscar localmente a diversas instituciones, siempre que estu- vieran enfocadas en dar una vida saludable y en educación”, comentó Melany.
Esa labor, hizo que la pareja lle- gara a consolidar su apoyo hacia la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), por- que está involucrada con todas las comunidades, entre ellas la hispana.
“Nos envolvimos con ellos porque vimos una buena oportunidad de que esa organización es grande y reconocida en los Estados Unidos y podíamos tener ese enfoque en nuestra comunidad”, dijo Vicente, al comentar que ese trabajo de la organización está llegando a los hispanos para que coman saluda- ble, vayan al médico a hacerse sus chequeos y aprendan a salvar vidas si alguien tiene un ataque al corazón con las pruebas de CPR.
El pasado mes de febrero, Vicente Reynal, presidente y director ejecu- tivo de Ingersoll Rand, y su esposa, Melany, lideraron la campaña ‘Heart of Charlotte Heart Ball’ que reunió a empresas del área para alcanzar una campaña récord de $3 millones en beneficio de la American Heart Association, durante el Mes del Co- razón, en el Greater Charlotte Heart Ball anual que celebra la generosi- dad de los líderes empresariales y filántropos del área.
FAMILIA
El apoyo comunitario ha hecho que la pareja, junto a sus hijas, se vayan involucrando en otras actividades, como una Escuelita Preescolar en Davidson, donde comparten acti- vidades con las niñas y niños que aprenden inglés.
Así mismo, Melany y sus tres hijas, son voluntarias de Feed NC, que realiza despensas de comida dirigida a las personas que más lo necesitan.
Ellos consideran importante que el español no se debe perder en las familias, por lo que en su casa solo se habla ese idioma, que ha sido bien visto por sus hijas que le agra- decen por ese empuje que las ha hecho bilingües y les está sirviendo al realizar sus actividades.