Miami (EE.UU), 29 jun (EFE).- Argentinos y peruanos montaron la fiesta en los alrededores del Hard Rock Stadium, rivalizaron en cánticos, altavoces y parrillas y compartieron el pesar de no ver a Leo Messi. Aunque no todos.
A unos 50 kilómetros del Hard Rock Stadium, en la ciudad vecina de Fort Lauderdale tiene su casa el Inter Miami, equipo de Lionel Messi.
Pero para todos los hinchas reunidos hoy en el escenario del partido entre Argentina y Perú la casa de Messi está en cada rincón, acaso porque el Inter Miami se encuentra construyendo en Miami su propio estadio, el Miami Freedom Park, cuya inauguración se ha proyectado para 2025.
Así que para el hincha común, la casa de Messi está en todas partes.
Y hoy se preparó la fiesta en casa de Leo Messi, pero sin el capitán argentino. La mayoría había comprado sus entradas meses antes, con la esperanza de ver al mejor jugador del mundo y se quedaron con las ganas.
Es el caso de Rabí y su primo Darío, que viajaron desde Guatemala con la esperanza de ver a Messi, aunque consideran que el viaje “merece la pena” solo por ver el ambiente. “Definitivamente, el ambiente de los hinchas argentinos es otro nivel”.
Luis compró la entrada hace un mes y este sábado condujo tres horas y media aun sabiendo que no podrá ver al 10. “confiábamos en verle pero tenemos un conjunto de muchachos muy buenos” y en ausencia de Messi, quien se lleva todos los apoyos es Ángel di María.
David es peruano, vive en Tampa y prefiere que no juegue, aunque también le hubiese gustado que estuviese. “Va a ganar Perú 2-1, mejor que no juegue, aunque me hubiese gustado verlo”.
Pero no todos lamentan su ausencia. El “hombre llama”, que viaja por toda la Copa disfrazado de ese animal con los colores de Perú, dice sentirse feliz por que no juegue. Y no por una cuestión deportiva. “Hemos estado en Dallas, en Kansas y ahora Miami. Estábamos rezando para que se lastimase, para que bajasen los boletos. Hace una semana el más barato valía 500 dólares y ahora, he hecho la transferencia por 250”, señalaba ufano.
Argentinos y peruanos compartieron en todo caso una jornada festiva previa al partido que debe decidir la clasificación del grupo. Hermanados, en muchos casos por la simpatía que despertó en Argentina el apoyo peruano durante la Guerra de las Malvinas, por primera vez la hinchada albiceleste no impuso su abrumadora mayoría.