Nueva York, 3 ago (EFE).- Las autoridades de Nueva York decidieron este jueves legalizar las terrazas de los establecimientos de restauración, creadas tras el inicio de la pandemia de covid-19 en 2020, y permitir así que la mayoría se mantengan en las calles de la ciudad, aunque con nuevas condiciones.
El Concejo de la ciudad de Nueva York (órgano legislativo), aprobó por mayoría una ley que ha causado división y que permite la permanencia de las miles de estructuras que ocupan parte de las aceras y las calzadas, pero a cambio impone a los restaurantes licencias, tasas y restricciones horarias y de temporada.
Frente a 34 votos positivos, once representantes votaron en contra, como Christopher Marte, del Bajo Manhattan, donde se concentran muchas terrazas, que argumentó que perjudican a la clase trabajadora porque, dijo, las usan “gentrificadores que están de fiesta” y no dejan dormir a los vecinos.
Según la medida, los establecimientos tendrán que retirar de las calzadas -no de las aceras- sus módulos durante los meses más fríos, del 30 de noviembre al 31 de marzo, lo que para muchos supondrá un coste añadido al elevado coste de construirlas, además de que eso signficará menos clientes en ese periodo.
Las estructuras son variadas según la inversión de sus dueños, pero en general son módulos resguardados de los viandantes y el tráfico rodado; algunos son verdaderas obras de arquitectura, con salas más o menos cerradas que disponen de iluminación, calefacción y decoración, mientras que otros son unos frágiles cubículos delimitados por delgadas chapas de madera.
Los establecimientos tendrán, además, que pagar una tasa por sus terrazas según la localización, siendo el área más cara la que abarca el distrito de Manhattan, aproximadamente desde Harlem hasta el extremo sur, donde está Wall Street, indica el texto votado.
La ley llevaba meses en el aire, ya que dependía del fin de la orden de emergencia por la covid-19 que dio luz verde, en primer lugar, a que los establecimientos instalaran las terrazas cuando estaba prohibido consumir en su interior, y que se fue prorrogando sucesivamente.
UN FENÓMENO CONCENTRADO EN MANHATTAN Y BROOKLYN
El Departamento de Transporte, que supervisa el programa, estima que hay hasta 12.000 establecimientos con terrazas, aunque no distribuidos equitativamente por la ciudad: casi todos se concentran en Manhattan, el distrito más turístico y de altos ingresos, y en zonas de Brooklyn.
Aunque las terrazas han sido bien acogidas por el público y han supuesto un salvavidas para los negocios, sus estructuras cuentan también con detractores, que han criticado que están descuidadas, cobijan a los sintecho y atraen ratas; además de que generan ruido y roban espacio para aparcar o caminar.
Organizaciones del sector de la restauración como NYC Hospitality Alliance y Open Plans expresaron su satisfacción por la aprobación de la ley, que entrará en vigor cuando la firme el alcalde Eric Adams, y que supone una “nueva era” para la ciudad, que “reclama espacios para la gente”.