Metetí (Panamá), 6 oct (EFE).- Los Gobiernos de Panamá y Costa Rica pidieron este viernes que no se excluya a ningún país, principalmente Venezuela, para participar en una posible reunión el próximo 22 de octubre en México en la que se abordará la crisis migratoria.
“Que no sea una reunión de presidentes comunes porque hay mucha retórica. Nosotros necesitamos aterrizar la forma de coordinar con todos los países, sin excluir a nadie”, dijo en rueda de prensa el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, acompañado de su homólogo costarricense, Rodrigo Chaves.
Reunidos en la localidad de Metetí, en la región panameña de Darién fronteriza con Colombia, Cortizo agregó: “No podemos excluir a Venezuela, el sentido común nos dice que el 60 % de la migración viene de Venezuela y el segundo país es Ecuador”.
“Todos esos países deben ser parte de esa reunión. Nosotros le damos un espaldarazo a México”, sostuvo el presidente panameño.
Chaves también insistió en que “todos tenemos que hablar, nos tenemos que sentar Ecuador, Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, México (…) EEUU y Canadá”, para buscar una solución conjunta a la crisis migratoria regional.
Y apuntó que “esta cadena va a funcionar solo si todos los eslabones estamos en la misma fortaleza y (hay) compromiso de administrar los flujos”.
En un acto simbólico para remarcar su compromiso ante la crisis migratoria, los mandatarios de Costa Rica y Panamá sobrevolaron hoy la selva del Darién, que atraviesan a diario miles de migrantes en su camino hacia Norteamérica, y el albergue de Lajas Blancas, donde las autoridades panameñas los acogen para darles servicios de primera necesidad como atención médica, alimentación y cobijo.
200 buses panameños llevarán a migrantes hasta Costa Rica
Costa Rica y Panamá también anunciaron este viernes un acuerdo para que unos 200 autobuses panameños lleven a migrantes en situación irregular hasta un albergue del lado costarricense, para evitar así que se queden varados en la frontera común.
“200 buses van a ser acreditados para que pasen de Panamá al Catem (Centros de Atención Temporal para Personas Migrantes) de manera directa, que no se baje la gente en Paso Canoas”, localidad que comparte frontera con ambos países, dijo el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves.
Y añadió que allí se les atiende, “se les da la logística”, y luego se les vuelve “a subir a un bus hasta la frontera con Nicaragua”, sin dar más detalles.
Esta crisis migratoria desde el sur del continente hacia Norteamérica, atravesando la peligrosa selva del Darién, ha impactado a Panamá y Costa Rica como países de tránsito.
Las autoridades panameñas y costarricenses ya se han reunido en anteriores ocasiones para abordar la crisis migratoria y buscar soluciones conjuntas.
En lo que va de año más de 400.000 migrantes han cruzado el Darién, siendo la mayoría venezolanos, según cifras oficiales, que superan el récord histórico del año pasado con 248.000 transeúntes, 133.000 en 2021.
Panamá prevé que en 2023 esa cifra podría llegar a medio millón, mientras que los organismos humanitarios y las autoridades panameñas presentes en esa zona ya están desbordados.