Metetí (Panamá), 6 oct (EFE).- El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, anunció que no asistirá el próximo 3 de noviembre a una reunión de presidentes convocada por la Casa Blanca, pero que espera poder conversar con su colega de Estados Unidos, Joe Biden, en otra oportunidad, sobre la crisis migratoria regional.
El presidente Biden convocó a una cumbre de líderes latinoamericanos para el próximo 3 de noviembre en el marco de la iniciativa Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica, según han adelantado algunos mandatarios, pero sin aparente anuncio oficial todavía.
“Yo no voy a poder estar en esa reunión que me invitó el presidente Biden por escrito, pero espero en algún momento que tenga que ir a Estados Unidos, pasar y conversar con él 15 minutos, media hora, de este tema. Podemos hablar de otros temas, pero especialmente de este tema” de la crisis migratoria, afirmó Cortizo en una rueda de prensa con su colega de Costa Rica, Rodrigo Chaves, realizada en el Darién.
El mandatario panameño explicó que “el 3 de noviembre es el día de la Independencia de Panamá, de la Separación de Colombia pero le decimos independencia”, por lo que contestó a Biden que ese día tiene que estar en su país.
Pero en su respuesta, el mandatario panameño también expresó a Biden que “sí le interesa”, en algún momento que tenga el mandatario estadounidense en medio del fragor político de su país, hablar personalmente con él del tema migratorio.
La Asociación de las Américas, anunciada el año pasado por EE.UU., está conformada también por Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay, países que representan cerca del 90 % del PIB del hemisferio occidental y casi dos tercios de su población, según datos del Departamento de Estado.
Cortizo y Chaves sobrevolaron este viernes la panameña selva del Darién, el nexo entre Centroamérica y el sur del continente y frontera natural de Panamá y Colombia, que atraviesan a diario miles de migrantes en su camino hacia Norteamérica, especialmente Estados Unidos.
Lo hicieron como parte de una jornada destinada a abordar la crisis migratoria, que se expresa en los más de 415.000 viajeros que han cruzado en lo que va de año esta jungla plagada de peligros, una cifra sin precedentes y que muestra la magnitud de esta crisis.
Cortizo y Chaves invitaron a los países de la región a visitar el Darién para ser testigos del “viacrucis” que atraviesan a diario miles de migrantes e hicieron “un llamado urgente a los países de la región, tanto de origen, paso y destino; a los cooperantes y a los organismos internacionales, para atender los retos de este momento de manera pragmática sin perder de vista las causas de la migración”.