Washington, 13 feb (EFE).- La fiebre eléctrica que comenzó hace unos años el fabricante estadounidense Tesla empieza a tomar fuerza en toda América, con EE.UU. como motor de un sector que recibirá miles de millones de dólares en inversiones en los próximos años y las empresas del sector jugandose mucho dinero.
Un informe dado a conocer a principios de febrero por la firma de análisis ReporLinker estimó que el valor del mercado global de vehículos eléctricos llegó a 102.170 millones de dólares en 2022. Y para 2026, aumentará a 213.870 millones de dólares.
En todo el mundo, la adopción de vehículos eléctricos (VE) se acelera. Y aunque China y Europa van por delante hasta el momento, EE.UU. empezó a recortar las distancias, pero el resto del continente americano está todavía muy lejos de otras regiones tanto en niveles de producción como de adopción de la nueva tecnología.
ESTADOS UNIDOS DESPIERTA
El 2022 fue el mejor año de la historia para los VE en EE.UU. con la venta de unos 750.000, un 65 % más que en 2021. Con esas cifras, el 5,8 % de los vehículos nuevos que se vendieron el año pasado en el país fueron eléctricos.
Si se añaden las ventas de automotóres híbridos, el número de automóviles electrificados que los estadounidenses adquirieron en 2022 fue de 918.000 unidades.
Cox Automotive, una de las principales firmas de análisis del mercado del automóvil en EE.UU., prevé que en 2023 las ventas de VE lleguen a 1 millón de vehículos.
Pero el aumento de la demanda y las ventas no es casualidad. El Gobierno de Joe Biden está volcado con este sector y quiere que para 2030 la mitad de los vehículos que se vendan en el país sean eléctricos.
La Administración está ofreciendo 83.000 millones de dólares en préstamos, subvenciones y ayudas fiscales para la producción de VE y baterías así como la instalación de puntos de recarga.
Con estas políticas, EE.UU. quiere reducir las emisiones de gases con efecto invernadero del país. Pero Biden también intenta que el sector automotriz estadounidense deje de depender de China para la obtención de baterías.
El sector privado ha respondido. Las compañías han anunciado hasta el momento inversiones por 210.000 millones de dólares hasta 2030, según un informe dado a conocer en enero por el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés).
Ford lidera el sector con 50.000 millones de dólares comprometidos mientras que General Motors (GM) destinará 30.000 millones de dólares hasta 2030 para la producción de VE. En ese cifra se incluyen 650 millones de dólares para explotar el mayor depósito conocido de litio de EE.UU., un metal clave para la producción de baterías.
Y Tesla, la marca que ha capitaneado hasta ahora el despegue del VE en todo el mundo, invertirá hasta 2024 entre 6.000 y 8.000 millones de dólares al año, en Alemania y Estados Unidos.
BRASIL, A LA CABEZA EN LATINOAMÉRICA
Brasil, es el líder en Latinoamérica. Cuenta con una naciente producción, un mercado local en crecimiento y una flota de 126.504 vehículos eléctricos e híbridos registrados hasta 2022.
Tan solo el año pasado, se matricularon 8.440 automóviles eléctricos, lo que supone el 0,43 % del mercado, el triple de los datos oficiales de ventas del año anterior.
Sumando los híbridos, las ventas se elevan a 49.245 unidades, el 2 % del mercado brasileño.
La Asociación Brasileña del Vehículo Eléctrico (ABVE) calcula que las ventas del segmento de eléctricos e híbridos pueden duplicar su cuota de mercado en 2023, llegando al 5 % entre ambos tipos.
Actualmente, en Brasil existen dos plantas de montaje de automóviles eléctricos: una de la japonesa Toyota y otra de la china Chery.
Además, la también china BYD cuenta con una fábrica de autobuses eléctricos donde planea producir automóviles a partir de 2025.
“El potencial (de producción) de Brasil es enorme por su capacidad mineral y energética”, señaló a EFE Adalberto Maluf, presidente de la ABVE y director de Sustentabilidad de BYD.
Otra empresa china, Great Wall, también está invirtiendo en una ensambladora y la brasileña Hitech ya está montando utilitarios eléctricos de preproducción y prevé empezar la producción a escala industrial el próximo marzo.
El país también está produciendo baterías de litio y cuenta con dos fábricas: una de la brasileña Moura, en alianza con proveedores chinos, y otra de BYD.
Además, hay varios proyectos en marcha para añadir más capacidad de producción de baterías. El más avanzado es el de BorgWarner, que colabora con Mercedes Benz y comenzará a entregar sus primeras unidades en el primer trimestre.
ARGENTINA, SIN APOYO AL SECTOR
En Argentina circulan unos 17.000 vehículos híbridos y eléctricos, ocupando aún una porción muy pequeña en un parque automotor de casi 15 millones de vehículos. Con todo, en 2022 se vendieron en Argentina 7.846 automotores híbridos y eléctricos, un 33,4 % más que en 2021.
Las grandes automotrices no producen en Argentina estos autos, por lo que el país los importa, en su mayoría, híbridos.
Solo hay un puñado de empresas argentinas que sí fabrican o ensamblan locamente vehículos eléctricos pero son modelos livianos, de tamaño pequeño, homologados mayormente sólo para su uso urbano y con velocidades máximas de 40 a 100 kilómetros por hora.
La producción nacional está liderada por la firma Coradir, que produce los Tito, con 196 unidades vendidas en 2022.
El desarrollo de la movilidad eléctrica en Argentina encuentra limitaciones en factores económicos -altos precios de los vehículos y restricciones para importar componentes principalmente- y de regulación, ya que falta un marco legal para todo el ecosistema.
En 2021, el Gobierno presentó un proyecto para impulsar la movilidad eléctrica, pero su debate parlamentario está demorado.
“La reconversión es compleja. Si no hay apoyo a la industria, la producción estará muy limitada. Y sin ley, no podemos avanzar. Se necesita una política de estado que marque un horizonte para toda la movilidad eléctrica”, dijo a EFE el presidente de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos, Sergio Álvaro.
MÉXICO INICIA LA TRANSICIÓN
Pese a la fuerte industria automotriz tradicional de México, que representa cerca del 4 % de su producto interior bruto (PIB), el país está rezagado en la producción de vehículos eléctricos.
La venta de eléctricos e híbridos ha crecido de forma progresiva hasta alcanzar el pasado noviembre las 5.772 unidades, un crecimiento del 53 % interanual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con los datos del mismo organismo, entre enero y noviembre de 2022 este tipo de automóviles supuso el 4,7 % de las ventas totales.
“México es un país propicio por su posición geográfica, pues Estados Unidos es uno de los tres mercados más grandes de vehículos eléctricos. Y ahora el Gobierno mexicano ha tomado una posición más activa para acelerar la transición eléctrica”, explicó a EFE Daniel López, director comercial de la empresa de estaciones de carga eléctrica Evergo.
Con su plan de instalar más de 15.000 estaciones de carga en el país durante los próximos 10 años, Evergo busca seguir la estela de la inversión de 800 millones de euros (unos 866,1 millones de dólares) que la alemana BMW anunció este mes en una planta en el centro del país.
URUGUAY, EL PAÍS DE LA ENERGÍA RENOVABLE
Aunque no se fabrican automóviles eléctricos en Uruguay, las ventas están aumentando. En este momento, son más de 2.100 los VE que circulan por las calles del país, a los que se suman unos 35 autobuses.
Con más de 90 % de la energía del país generada a partir de fuentes renovables, el director nacional de Energía, Fitzgerald Cantero, aseguró a EFE que en este momento uno de los desafíos es brindar un mejor servicio a sus propietarios a la hora de cargar.
“Es importante que a nivel de vía pública haya una red sustancial de cargadores”, explicó.
Actualmente, añadió Cantero, hay unos 160 cargadores distribuidos en el territorio uruguayo. El principal problema es que la gran mayoría son de corriente alterna y sólo 20 de carga continua.
“Necesitamos tener más cargadores rápidos, como mínimo (situados) cada 200 kilómetros”, asegura Cantero, quien agrega que el país ya está trabajando en eso.