Washington, 13 sep (EFE).- A 56 días de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, en las que los demócratas se juegan el control del Congreso, el Gobierno de Joe Biden busca movilizar el voto latino, ya que como advirtió este martes la vicepresidenta, Kamala Harris, “queda mucho por hacer”.
“Naciones de todo el mundo nos están mirando y diciendo ‘¿qué está pasando?, ¿de verdad defienden la democracia?’. Países autoritarios pueden decir que si esta gran democracia quita derechos, por qué no ellos”, señaló en la apertura de la conferencia anual del Instituto del Caucus Hispano en el Congreso (CHCI, en inglés).
Ante este encuentro que hasta el miércoles agrupa a legisladores demócratas de origen latino y a miembros destacados de esa comunidad en el país, Harris fue clara al asegurar que en los comicios del 8 de noviembre “hay mucho en juego”.
“Debemos defender nuestra democracia y los principios fundadores de nuestra nación”, señaló poniendo en valor que su propia trayectoria, como hija de una mujer que había llegado sola desde la India a los 19 años, demuestra las posibilidades que ofrece Estados Unidos.
Desde siempre, dijo, ella recibió el consejo materno de asegurarse de que si era la primera en conseguir algún logro se asegurara de no ser la última, y en su discurso apeló a la audiencia a abrir también el camino a las nuevas generaciones.
“Es una responsabilidad que todos acarreamos”, recalcó Harris, para quien los beneficios de representar a una comunidad tienen un impacto no solo en la gente de ese mismo grupo, sino en todos, porque expanden los márgenes de lo posible.
Por eso, de cara a la siguiente gran cita con las urnas, subrayó que “queda mucho trabajo por hacer”, pese a que en estos dos primeros años de mandato su Administración celebre entre otros hitos haber reducido la pobreza infantil en un 40 % solo en los primeros doce meses en el poder.
ELECTORADO CLAVE
Su llamamiento a la acción no tuvo lugar ante un público anodino: un estudio del Instituto de Política Latina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) apuntó en julio que el electorado latino jugó un rol determinante en la disputa del Senado en 2020 y volverá a desempeñar un papel decisivo en noviembre.
En Arizona, Colorado, Georgia, Nuevo México y Texas, cinco estados donde por su volumen la población latinoamericana fue crucial, esos votantes apoyaron hace dos años a candidatos demócratas por un amplio margen.
No obstante, un número considerable, entre el 2 y el 10 %, según los estados, dividieron su voto entre los distintos partidos en las elecciones al Senado y en las presidenciales, un cambio de opinión que hace que sea necesario esforzarse para ganarse su favor.
La Casa Blanca recalca por ello los beneficios que les pueden aportar sus últimas victorias parlamentarias, en especial la Ley para la Reducción de la Inflación, ratificada este agosto y que entre otros puntos otorga a Medicare, el plan de cobertura sanitaria para los mayores de 65 años, el poder de negociar los precios de las medicinas recetadas.
Según la Administración de Biden, los beneficiarios latinos de ese programa tenían hasta entonces 1,5 veces más probabilidades que otros beneficiarios de tener problemas para pagar los medicamentos, una laguna que la nueva normativa busca compensar.
“La gente pidió esas cosas y quiere saber que el Gobierno es responsable”, sostuvo Harris, mientras que ponentes como el senador demócrata Alex Padilla, representante de California, apuntó que para lograr el cambio deseado es importante “añadir más voces a todos los niveles”.
La conferencia de este martes y miércoles, y la gala anual del jueves, en la que participará Biden y actuará Gente de Zona, preceden al Mes de la Herencia Hispana, que se prolonga del 15 de septiembre al 15 de octubre en Washington y celebra en ese tiempo las aportaciones de la comunidad latina en Estados Unidos.