Washington, 16 feb (EFE).- El senador John Fetterman, demócrata por Pensilvania, quien sufrió un infarto cerebral en mayo pasado, fue hospitalizado anoche para recibir tratamiento por depresión clínica, informó el jefe de su personal Adam Jentleson.
“El senador Fetterman concurrió al Centro Médico Militar Walter Reed para recibir tratamiento por depresión clínica”, señaló el comunicado de Jentleson. “Si bien John ha experimentado depresión esporádicamente en su vida, sólo se tornó grave en semanas recientes”.
La semana pasada, Fetterman, de 53 años de edad, había sido internado en el Hospital de la Universidad Georgetown después de sufrir mareos durante una conferencia de legisladores demócratas.
El lunes el médico Brian Monahan, que atiende a los miembros del Congreso, evaluó a Fetterman y ayer recomendó que el senador recibiera atención en el Walter Reed, indicó Jentleson. “John estuvo de acuerdo y está recibiendo tratamiento de forma voluntaria”, añadió.
El portavoz expresó su opinión de que Fetterman será capaz de cumplir su mandato de seis años y de que “con la atención apropiada que recibirá estará pronto de vuelta con nosotros”.
Fetterman tuvo un ataque cerebral el año pasado cuando hacía campaña para el Senado y ganó las primarias estando todavía en el hospital, cuando los médicos le diagnosticaron fibrilación atrial y cardiomiopatía.
En la campaña final y como rival del candidato republicano Mehmet Oz, el entonces vicegobernador de Pensilvania mostró las secuelas del infarto con dificultades para hablar y, en algunos casos, para hilar las frases.
Los republicanos señalaron que esas secuelas incapacitaban a Fetterman para la labor como senador, y los demócratas enfatizaron la dedicación de Fetterman para superar las dificultades.
Fetterman admitió entones que durante las entrevistas y en un debate a fines de octubre con Oz usaba un aparato que traduce a texto la palabra hablada, pero insistió en que no ocultaba los retos a su salud y que iba mejorando día a día.
En noviembre, Fetterman derrotó a Oz, quien contaba con el respaldo del expresidente Donald Trump, y contribuyó así a que su partido retuviera el control del Senado.