Nueva York, 16 jun (EFE).- El juez federal del ‘caso Diddy’, Arun Subramanian, desestimó este lunes a uno de los miembros del jurado por dar información inconsistente sobre su lugar de residencia.
Se trata de un hombre afroamericano de 41 años que, durante la selección de jurado, dijo que vivía en el Bronx con su prometida.
Sin embargo, durante una conversación casual con un empleado de la corte la semana pasada, el susodicho contó que recientemente se había mudado con su novia a la vecina Nueva Jersey.
Subramanian mostró hoy su preocupación por que el jurado hubiera mentido en sus respuestas durante el proceso de selección con tal de asistir al juicio, uno de los más mediáticos de este año en Nueva York.
Según el juez, durante una conversación privada que mantuvo con este miembro del jurado, las incoherencias en su relato solo se agravaron.
Ahora, este jurado será sustituido por un hombre blanco de 57 años que vive en el condado de Westchester, al norte de Nueva York, y que formaba parte del panel de sustitutos.
“No hay nada que (él) pueda decir en este momento que devuelva al genio a la botella”, aseveró Subramanian en el tribunal, de acuerdo a medios estadounidenses.
La semana pasada, la Fiscalía había pedido al juez prescindir de este jurado, alegando que la inconsistencia de sus respuestas demuestra una “falta de franqueza”.
La defensa de Diddy acusó entonces a la Fiscalía de hacer “un esfuerzo apenas velado para descartar a un jurado negro”.
El juez rechazó las acusaciones vertidas por los abogados y aseguró que “desde el inicio de este procedimiento no ha habido ninguna prueba ni se ha demostrado ningún tipo de conducta o forma de proceder tendenciosa por parte del Gobierno”.
Hoy comienza la sexta semana en el juicio que enfrenta en Nueva York el rapero Sean Combs, conocido como Diddy, imputado por tráfico sexual, conspiración con fines de extorsión y transporte para ejercer el proxenetismo.
La Fiscalía acusa al artista de obligar a diversas mujeres a participar en “maratones sexuales” con estríperes o trabajadores sexuales masculinos, a los que él mismo llamaba “freak offs” o “noches de rey”.
Mientras, la defensa asegura que estos encuentros fueron consentidos.