Miami, 15 sep (EFE).- El gobernador de Florida, Ron DeSantis, respondió este jueves a las numerosas críticas recibidas que envió al norte de EE.UU. a un grupo de inmigrantes indocumentados, porque el presidente Joe Biden “no mueve un dedo” para detener la ola migratoria.
“No somos un estado santuario”, subrayó en una rueda de prensa en Niceville (noroeste de Florida), un día después de que medio centenar de inmigrantes llegaran en dos aviones “chárter” contratados por la Gobernación de Florida a la isla de Martha’s Vineyard, en Massachusetts.
Los inmigrantes fueron trasladados desde Texas, cuyo gobernador, el también republicano Greg Abbott, lleva tiempo enviando autobuses con inmigrantes a estados y ciudades “santuario”, como se conoce a los que ayudan a los indocumentados.
Los dos últimos de esos autobuses, con unos 75 inmigrantes, llegaron hoy a Washington y dejaron a sus pasajeros cerca de la casa de la vicepresidenta Kamala Harris.
Sin confirmar que hubo coordinación con Abbott, el gobernador de Florida dijo que hay políticos que usan formas “innovadoras” para contrarrestar la política de “fronteras abiertas” de Biden.
Organizaciones de derechos humanos, grupos de la comunidad venezolana y políticos demócratas acusaron este jueves a DeSantis, de usar como “peones” de su estrategia política a un grupo de indocumentados, en su mayoría venezolanos, a los que envió en avión al noreste de EE.UU.
Hubo, incluso, quien apuntó que podría haber cometido un delito de “trata humana” al trasladar desde San Antonio (Texas) hasta Martha’s Vineyard (Massachusetts) a 50 personas, incluidos niños.
En una declaración hecha el miércoles por su directora de comunicaciones, DeSantis confirmó que la decisión de enviar los aviones fue suya y se inscribe en un anunciado plan de “reubicación” de indocumentados a cargo del Departamento de Transporte de Florida.
Según NPR, la cadena de radios públicas de EE.UU., uno de los dos aviones tenía como origen San Antonio (Texas) e hizo dos paradas en el viaje hacia Martha’s Vineyard: una en Florida y otra en Carolina del Sur.
INDOCUMENTADOS CONVERTIDOS EN “PEONES POLÍTICOS”
Charlie Crist, nominado por el Partido Demócrata para enfrentar a DeSantis en las elecciones del próximo noviembre, calificó de “vil y repugnante” el traslado de migrantes a Massachusetts.
“Cuando eres tan inhumano en la forma en que tratas a los seres humanos, no estás calificado para ser gobernador de nada. Me sorprende lo que está dispuesto a hacer por pura ganancia política”, dijo Crist.
Anette Taddeo, exsenadora estatal demócrata de Florida, quien competirá por un puesto en la Cámara de Representantes en Washington en las elecciones del próximo noviembre, acusó a DeSantis de “aprovecharse de personas que huyen de regímenes opresivos y usarlos como peones políticos”.
Elena Villalonga, una venezolana que está al frente de una plataforma de 39 organizaciones de su país en EE.UU. conocida por las siglas UVO, señaló a Efe que si se confirma que los migrantes se subieron a los aviones con “falsas promesas de trabajo y reubicación”, como han señalado algunos medios, “estaríamos ante un delito de trata de personas”.
Mientras DeSantis comparecía hoy en Niceville para hablar de educación, el Partido Demócrata de Florida publicó una lista con preguntas para el gobernador, que en las elecciones de noviembre próximo buscará renovar su mandato por otros cuatro años.
Entre otras cuestiones, los demócratas plantean si tomó medidas para asegurarse de que ningún niño fuera separado de sus padres y si utilizó dinero de los contribuyentes de Florida para “atraer a personas de Texas con falsas promesas de trabajo y/o documentos”.
DeSantis había anunciado hace meses un programa de reubicación de inmigrantes indocumentados a los que iba a enviar a “ciudades santuario”, como se conoce a las que protegen a los inmigrantes, e incluso asignó con ese fin 12 millones de dólares en el presupuesto.
Después dijo que había dejado en suspenso su implementación sin dar más detalles, pero este miércoles reactivó el asunto.
El Partido Demócrata de Florida se preguntó si no fue solo una coincidencia que la implementación se produjera el mismo día en que se presentó en el Congreso de un proyecto republicano para prohibir el aborto después de las 15 semanas de embarazo en todo el país, una medida que puede restar votos a los candidatos republicanos.
¿COORDINACIÓN CON TEXAS?
La organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) dijo que la decisión de DeSantis es “incoherente tomando en cuenta el conocimiento que tiene sobre la situación venezolana y los pronunciamientos que ha hecho al respecto”, dijo su presidente, José Antonio Colina.
El presidente de Veppex afirmó que “lamentablemente las fallas del sistema de inmigración han permitido que los gobernadores se aboquen a temas en los que no tienen ningún tipo de jurisdicción”.
La directora de Campañas Florida Immigrant Coalition, la colombiana Paula Muñoz, dijo a Efe que el gobernador de Florida “ha estado construyendo su carrera política con este asunto y criminalizando a los inmigrantes indocumentados”.
Para la coordinadora de campañas del American Friends Service Committee, la argentina María Bilbao, el envío de los aviones puede tratarse de “una iniciativa que DeSantis ha puesto en marcha con el gobernador de Texas”.
En cualquier caso, dijo Bilbao, “se trató de un “‘show’ político para agitar las bases más radicales del Partido Republicano en Florida”.
La venezolana María Corina, de la organización American Business Immigration Coalition, opinó que DeSantis “ha ‘traficado’ a otro lugar del país a gente que viene (a Estados Unidos) a distanciarse de la dictadura de Venezuela”.
“Para DeSantis la política es lo primero y la economía lo último. Es un político repugnante”, aseguró la representante de esta organización con orientación empresarial.
DeSantis, que llegó a la Gobernación de Florida en 2018 apoyado por el entonces presidente Donald Trump, se ha pronunciado reiteradamente durante su mandato en contra de los Gobiernos de Cuba y Venezuela.
Actualmente está en campaña para la reelección y uno de sus mensajes más escuchados en mitines y actos públicos es contra la política migratoria “blanda” de la Administración del demócrata Joseph Biden, al que acusa de haber dejado las fronteras de EE.UU. “abiertas”.