Washington, 8 mar (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentará mañana un proyecto presupuestario que busca reducir el déficit público en tres billones de dólares durante la próxima década, informó este miércoles la Casa Blanca.
La propuesta, que detallará en un evento en Filadelfia (Pensilvania), eleva el objetivo que el propio Biden se marcó durante el último discurso del estado de la Unión, cuando prometió recortar el déficit en 1,7 billones de dólares.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, explicó que el plan de Biden se basa en dos pilares: que los ricos y las grandes corporaciones paguen una cantidad “justa” en impuestos y que la Administración reduzca los “gastos innecesarios” que van a grandes farmacéuticas y empresas petroleras.
Esta visión “contrasta” con la de los republicanos, cuyas políticas económicas aumentarían el déficit en tres billones de dólares durante los próximos 10 años, afirmó la portavoz.
El Partido Republicano controla desde el pasado enero la mayoría de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y sus legisladores han prometido bloquear las propuestas económicas del presidente.
Jean-Pierre insistió en que la anterior Administración, presidida por el republicano Donald Trump (2017-2021), impulsó políticas “imprudentes” que redujeron los impuestos.
En cambio, aseguró que Biden tiene una “visión responsable” de las cuentas públicas y durante los dos años que lleva en el cargo ha logrado reducir el déficit en 1,2 billones de dólares.
La secretaria de Prensa defendió que con los planes de Biden no será necesario recortar en programas sociales como el plan sanitario Medicare, como sí han propuesto los republicanos.
El presidente, dijo, está “luchando por los contribuyentes” y a la vez “se toma muy en serio la responsabilidad fiscal”.
La Oficina Presupuestaria del Congreso de Estados Unidos pronosticó en febrero que la deuda pública del país se elevará hasta el 118 % del Producto Interior Bruto (PIB) en los próximos diez años y que el déficit aumentará en 18,8 billones de dólares.
El órgano atribuyó los aumentos a nuevas legislaciones promulgadas y a las subidas de gastos en programas obligatorios como el de la Seguridad Social.