Creel (México), 18 jul (EFE).- La tierra de los tarahumara o rarámuris, que se traduce como “pies ligeros”, en las Barrancas del Cobre, ubicadas en el estado de Chihuahua, es un asombroso conjunto de cañones de casi 2.000 metros de profundidad que está emergiendo como uno de los destinos turísticos más atractivos del norte de México.
A apenas unas horas del desierto de Chihuahua y sus espinosos nopales y sotoles, se encuentra este tesoro natural que ha mantenido su encanto gracias a la dificultad de acceso y al que por primera vez llegó un jesuita español en 1608.
Las Barrancas del Cobre ofrecen desde climas tropicales en la profundidad de sus cañones hasta otros de alta montaña con nieves frecuentes, lo que implica que los rarámuris viven de manera semisedentaria, al subir o bajar de la sierra en función del cambio de estación.
La región cuenta con varios “pueblos mágicos”, como Batopilas o Creel, designados así por la Secretaría de Turismo de México por su trabajo en proteger y guardar su riqueza cultural.
Asimismo, cuenta con el tren más famoso de México, el Chepe Express que va desde Chihuahua capital hasta Los Mochis, en el estado de Sinaloa, en el océano Pacífico, y que durante sus más de diez horas de viaje ofrece vistas asombrosas de los paisajes cambiantes desde la sierra hasta el mar.
Apertura turística
Precisamente en Creel, una localidad de 5.000 habitantes, comenzaron en enero las operaciones del Aeropuerto Barrancas del Cobre, en la zona serrana de la entidad, que espera recibir vuelos comerciales a finales de 2025.
Armando Cárdenas, administrador del Aeropuerto del Barrancas, señaló que la creación del aeródromo “busca abrir la puerta para impulsar el destino turístico y el desarrollo económico para la zona”.
“Antes sólo había aeropistas, y siguen operando, algunas en la calle principal de los pueblos. Mis respetos para los pilotos, casi kamikazes. Con este aeropuerto van a tener más seguridad. Y eso es algo clave para la expansión turística”, subrayó Cárdenas, al apuntar la instalación de sistemas modernos de localización y que permitirán recibir aviones de tamaño medio.
Ya en el corazón de las barrancas, a una hora en carretera de Creel, se encuentra el Parque Aventura de Barranca, inaugurado en 2010, que cuenta, entre otros atractivos, con la tirolesa más larga del mundo, que tiene más de 2,5 kilómetros de recorrido a más de 1.000 metros de altitud.
Raúl Rodríguez, director del Parque Aventura de Barrancas, destacó que representa un lugar primordial para el crecimiento de la región al ser “la capital” de la Sierra Tarahumara por el punto estratégico y los servicios con los que cuenta.
En ese sentido, el director subrayó que el 90 % del equipo laboral es local, del cual más del 40 % corresponde a personas de Pueblos Originarios de la región.
Allí se encontraba vendiendo artesanías, María, de la comunidad rarámuri, quien se mostró contenta del desarrollo turístico en la zona, ya que les ha dado oportunidades económicas.
No obstante, también mostró su descontento con una leve sonrisa sobre una de las maneras de actuar de los turistas: “Siempre buscan regatear los precios, no me gusta. El precio que les ponemos es justo, es lo que nos cuesta hacerlo. Nosotros no hacemos eso”.