Washington, 19 oct (EFE).- Estados Unidos preautorizó este miércoles la venta a Australia de equipamiento para helicópteros antisubmarinos por un valor estimado de 162 millones de dólares, en medio de la tensión con China en el Indopacífico.
La Agencia de Cooperación para la Defensa y la Seguridad de Estados Unidos informó en un comunicado de que esa posible venta servirá para que Australia cumpla con su misión de “disuadir las amenazas regionales y fortalecer su defensa nacional”.
La transacción autorizada por el Departamento de Estado y notificada al Congreso, que puede bloquearla, obedece a una petición del Gobierno australiano para adquirir nuevos componentes para helicópteros antisubmarinos MH-60R.
En septiembre pasado se anunció la fabricación de 12 helicópteros de este tipo para Australia.
Estas naves, producidas por la empresa Sikorsky para la Armada estadounidense, son helicópteros navales desplegados en fragatas y buques para rastrear y destruir submarinos. El principal contratista será la compañía Lockheed Martin, del estado de Nueva York.
La Agencia explicó que esa probable venta está alineada con “los objetivos de política exterior y seguridad nacional de Estados Unidos”, porque Australia es para Washington uno de “los aliados más importantes en el Pacífico” debido a su ubicación estratégica.
“Es vital para los intereses nacional de Estados Unidos ayudar a nuestro aliado a desarrollar y mantener una capacidad de autodefensa fuerte y preparada”, remarcó.
Asimismo, aclaró que la venta “no alterará los equilibrios militares de la región” ni tampoco provocará “un impacto negativo” en la capacidad defensiva de Estados Unidos.
La relación con el sureste asiático y el Pacífico es una prioridad de la política exterior del Gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, para contrarrestar la creciente influencia de China, país que Washington considera como su mayor amenaza.
La tensión entre Washington y Pekín se disparó el pasado agosto cuando la presidenta de la Cámara Baja de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, visitó la isla de Taiwán, un gesto que Pekín interpretó como una provocación.
Durante el XX Congreso del Partido Comunista de China, el presidente chino, Xi Jinping, aseguró que la reunificación con Taiwán “se conseguirá”.