Washington, 28 sep (EFE).- El número de ciudadanos estadounidenses que se considera que están “injustamente” detenidos por gobiernos extranjeros ha aumentado un 580 % en la última década, señaló este miércoles la fundación James Foley en un estudio.
Su cuarto informe anual advierte de que cada vez más países detienen de informa injusta y precisa que en la actualidad hay “al menos” 64 personas inocentes víctimas de arrestos injustos y prolongados, de un promedio de cuatro años.
De 2012 a 2022, había de media 34 estadounidenses retenidos injustamente por gobiernos extranjeros cada año, frente a los cinco anuales de media entre 2001 y 2011.
Históricamente, según su análisis, China e Irán eran responsables de la mayoría de detenciones “erróneas”. En el primero se registraban casi el 20 % de todos los casos, con al menos cuatro al año desde 2007, y en el segundo el 12 %, con al menos uno desde 2002, pero más recientemente se han incrementado las cifras en Venezuela y Rusia.
“Venezuela ha detenido o retenido injustamente a al menos un nacional estadounidense cada año desde 2013 y ha arrestado a al menos cuatro en 2022. Rusia ha detenido injustamente a un estadounidense desde 2017”, apunta la fundación, creada en honor al periodista James Foley, asesinado por el Estado Islámico en 2014 tras más de un año secuestrado.
Su informe menciona entre otros a Emad Shargi, empresario detenido en Irán en 2018 mientras estaba con su familia y que sigue en la prisión de Evin, ubicada en Teherán, bajo cargos falsos, pese a la Corte Revolucionaria Iraní ha probado su inocencia, según se recuerda.
De 2001 a 2005, solo cuatro países tenían de forma injusta a estadounidenses, pero en 2022 al menos 19 detuvieron o mantuvieron en cautividad a esos nacionales, haciendo que en total, desde 2001, el número de naciones que ha llevado a cabo detenciones injustas se eleve a 27.
El informe añade que aunque la cifra de estadounidenses tomados como rehenes por actores no gubernamentales ha descendido cerca de un 40 % en una década, esa tendencia a la baja puede no ser duradera, porque puede haber sido fruto del impacto de la pandemia y del potencial descenso temporal de control territorial ejercido por terroristas y otros grupos armados.
La mayoría de estadounidenses han sido secuestrados en diez países, incluidos Irak, Nigeria, Yemen y Afganistán, aunque el número total de secuestros por parte de grupos no estatales se expande a 30 países.