Ciudad de Panamá, 27 jun (EFE).- Panamá realizará la prueba para el diagnóstico del VIH a los migrantes que lleguen al país a través de la selva del Darién en su viaje irregular hacia Norteamérica, informó este martes el Ministerio de Salud (Minsa).
América vive una crisis migratoria sin precedentes, que tiene una clara muestra en al situación del Tapón del Darién, la frontera entre Colombia y Panamá, por donde han transitado más de 180.000 migrantes irregulares solo en los primeros cinco meses de este año, una cifra sin parangón.
En un comunicado de prensa difundido por el Ministerio de Salud, el jefe encargado de la sección de ITS/VIH/SIDA de esta cartera, Johny Catillo, informó que los viajeros serán atendidos por médicos y enfermeras capacitados tanto del Minsa como otras instituciones y ONG que se encuentran en el Darién “para poder realizarles las pruebas de VIH”.
“Así podemos hacer un diagnóstico y vincularlos a las clínicas para así poder ofrecerles el tratamiento, además, aquellas personas que ya vienen con un diagnóstico pero que de alguna forma ya no cuentan con él, poder también ofertarles para que puedan tener su tratamiento correspondiente”, dijo el funcionario sanitario.
Panamá recibe a los miles de viajeros irregulares que se dirigen a Norteamérica en estaciones migratorias situadas en su frontera sur (Colombia) y norte (Costa Rica), donde les ofrece asistencia sanitaria y alimentación, en un operativo único en el continente que involucra a una docena de organismos internacionales.
La peligrosa e inhóspita selva del Darién, que es un parque nacional de Panamá, está siendo utilizada por migrantes procedentes de todo el mundo que viajan hacia Estados Unidos, en un fenómeno vinculado al tráfico de personas.
Muchos relatos de las vivencias en la selva incluyen muertes, violaciones, asaltos, suicidios; con los peligros propios del entorno salvaje de una selva y los devenidos de grupos criminales.
Estados Unidos ha modificado su política migratoria e impulsa protocolos con sus aliados en la región en un intento por detener el creciente flujo de personas que buscan asilo en ese país.