Washington, 30 may (EFE).- El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, presentó este lunes un proyecto de ley para congelar la compra y venta de nuevas armas de fuego en el país, tras el tiroteo de la semana pasada en una escuela de Texas (EE.UU) que dejó 19 niños y dos profesoras muertas.
“En otras palabras, estamos limitando el mercado de las armas de fuego”, anunció el primer ministro durante un evento para presentar la medida junto a miembros de su Gobierno.
Si el Parlamento aprueba el proyecto de ley, quedará prohibida la compra, la venta y la importación de armas en todo el territorio canadiense.
Además, se retirarán las licencias de armas a quienes cometan violencia machista o acoso, y se incrementarán las sanciones penales contra el tráfico de armas, que pasará de penas máximas de 10 a 14 años de prisión.
También prohibirá que los cargadores de las armas largas lleven más de cinco balas.
Si bien la medida no supone una prohibición total a la posesión de armas en Canadá, sí busca limitar significativamente la presencia de armamento en el país congelando su compra.
El Gobierno de Trudeau prohibió hace dos años cerca de 1.500 modelos de armas de asalto, incluidas las AR-15, fusil utilizado por Salvador Ramos, el atacante del colegio de Uvalde, en Texas.
Las autoridades canadienses anunciaron este lunes que el Gobierno comprará las armas de asalto que siguen en manos de privados.
Según datos del Gobierno de Canadá, en 2020 había 1,1 millones de armas de fuego en el país, un aumento del 71 % en comparación con 2010.
El pasado martes, Salvador Ramos, un joven de 18 años, irrumpió en la escuela primaria Robb de Uvalde (Texas) con un fusil AR-15 con el que mató a 19 niños y a dos profesoras, siendo el tiroteo más letal en un colegio de Estados Unidos desde el de Sandy Hook en 2012.
La matanza ha reabierto el eterno debate de las armas en Estados Unidos, donde los demócratas apuestan por aprobar controles de antecedentes para los compradores de armas, algo a lo que se oponen los republicanos, que creen que los tiroteos masivos deben abordarse como un problema de salud mental.
Tras el tiroteo, Trudeau declaró tener “el corazón roto” y anunció que presentaría medidas para limitar las armas en Canadá.