Los Ángeles (EE.UU.), 12 jun (EFE).- Las redadas migratorias del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas ICE, más el arresto este jueves de un joven que supuestamente participó en una manifestación, mantienen a los vecinos del Este de Los Ángeles, un bastión latino, aterrorizados.
“Estamos preocupados, yo principalmente no puedo dormir tranquila pensando en qué puede pasar, los niños están asustados… Es terrible lo que está pasando, pero Trump (el presidente de EE.UU.) no quiere parar”, dice a EFE Xiomara, una vecina del de Este de Los Ángeles, uno de los barrios hispanos más grandes del condado.
Xiomara nació en Honduras pero lleva más de dos décadas en el país, la mujer tiene residencia estadounidense, sus hijos son ciudadanos y pese a tener sus papeles en regla teme por su seguridad y la de su familia.
“Ayer estuvo migración en el parque y anduvieron agarrando personas, yo no quise ir y advertí a mi hija de que no fuera con los niños porque no nos queremos arriesgar”, relata.
Este jueves Xiomara y los vecinos de este barrio en el que más del 90 % de la población es latina, despertaron con el sonido de granadas aturdidoras y helicópteros.
“Se escucharon primero como dos balazos y luego ya empezaron los helicópteros. Escuché que se llevaron a una persona que fue a la manifestación pero no sé que hicieron”, cuenta María, una vecina de mucho tiempo del Este de Los Ángeles.
Agentes del FBI escoltados por la Guardia Nacional habían arrestado a Alejandro Theodoro Orellana, un joven vecino de la zona, por presuntamente “distribuir protectores faciales a presuntos alborotadores”, según publicó el fiscal federal Bill Essayli en su cuenta de X horas después del arresto.
El acto conmocionó a los habitantes que en los últimos días han escuchado con temor los rumores y visto en su barrio la presencia de agentes de ICE frente a casas o en espacios públicos como parques.
“La gente no está queriendo salir, los autobuses, el parque y los supermercados están vacíos”, añade María, de 69 años nacida en Puebla, México.
Reviven traumas
El pasado 6 de junio, una serie de redadas migratorias en California desataron protestas en distintas ciudades del estado. En respuesta, el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de miles de tropas federales para contenerlas, pese a la oposición de las autoridades locales, que insisten en que el gobierno estatal mantiene el control de la situación.
María asegura que en los 52 años que lleva viviendo en el país nunca había presenciado redadas tan violentas como las que se están llevando a cabo, pero la situación le recuerda el miedo que ella sintió cuando llegó con su prima como indocumentada.
“Gracias a Dios ya somos ciudadanos, pero uno siente temor porque lo vivió hace años. El presidente debería de dar mejor amnistía y no estar haciendo tanta cosa, está traumando a los niños”, cuenta.
“Una vecina de aquí que no tiene papeles me dijo que está asustada, que ni siquiera puede salir a traer comida”, añade.
La zona, que desde su perspectiva ha quedado desierta desde estos acontecimientos, también ha generado que los vecinos reaccionen a la defensiva con miembros de la prensa, algunos se rehúsan a dar declaraciones por miedo a repercusiones.
Juan, un hombre de Jalisco, México, ha vivido en el Este de Los Ángeles por más de 30 años, desde su perspectiva mucha gente “no comprende” que los inmigrantes en EE.UU. lo único que buscan es una vida mejor.
“Nosotros no venimos a dañar el país, venimos a buscar una nueva vida”, comenta a EFE.
El hombre confiesa que votó por Trump para su primer mandato pero en estas elecciones no quiso hacerlo: “Él prometió que a todos nos iba a apoyar pero no cumplió. Este presidente ha dañado mucho el país”, considera.
Los vecinos también consideran que las manifestaciones, que este jueves cumplen su sexto día, son importantes para levantar la voz, pero rechazan los actos de violencia de quienes consideran, no representan a la comunidad.
“La gente que está protestando está haciendo bien, pero mucha gente que no tiene nada que perder aprovecha para hacer cosas malas”, dice Juan.
Thomas, un joven vecino se ha estado informando de la situación a través de la aplicación de citizen, reprueba la “fuerza extrema” con la que el gobierno de Trump ha actuado al mandar tropas federales y siente pena por el miedo que esto ha generado en su comunidad.
“Sé que los saqueadores y los que avientan cosas no deberían ser tolerados, pero la demás gente tiene derecho a protestar. El este de los Ángeles tiene mucha comunidad latina y es una mierda que los estén asustando así”, mencionó a EFE