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Un hígado dividido salva a dos mujeres en EEUU y las une como hermanas

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Los Ángeles, 27 jun (EFE).- María Contreras y Mónica Davis se consideran “hermanas” desde hace dos años cuando ambas empezaron a compartir parte del hígado de un donante como parte de una novedosa técnica de la Clínica Cleveland (EE.UU.) que busca reducir los riesgos de trasplantes de órganos divididos de personas fallecidas.

Fotografía de archivo fechada en abril de 2022 y cedida por Cleveland Clinic donde aparecen María Contreras (i) y Mónica Davis (d), que comparten un hígado dividido, mientras se abrazan durante su primer encuentro. EFE/ Annie O'neill /Celeveland Clinic / SOLO USO EDITORIAL/ SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

“Nacimos unidas el día que recibimos el trasplante”, aseguró a Efe Contreras en una entrevista telefónica desde Cleveland (Ohio), al cumplir esta semana dos años totalmente recuperada.

Fotografía de archivo fechada en abril de 2022 y cedida por Cleveland Clinic donde aparecen María Contreras (2i) y Mónica Davis (2d), que comparten un hígado dividido, mientras posan con los doctores Koji Hashimoto (i) y Cristiano Quintini (d) durante su primer encuentro. EFE/ Annie O'neill /Celeveland Clinic / SOLO USO EDITORIAL/ SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

La puertorriqueña agregó que el hígado que comparte con Davis las unió como hermanas, “especialmente en la alegría de saber que estamos vivas”.

Las dos residentes de Ohio se han convertido en un ejemplo de éxito de los médicos de esa clínica, que cuenta con el más ambicioso programa de trasplante de hígado en el país.

Cristiano Quintini, director de la unidad trasplante de hígado, dijo a Efe que el éxito de dicho procedimiento simultáneo al que se sometieron las dos mujeres en julio de 2020 marca “un avance” en los trasplantes de hígado.

La pesadilla de Contreras, madre de cuatro y abuela de dos, comenzó en 2014 cuando tuvo que ir a un médico por una comezón en las manos. Después de varios estudios, los médicos le diagnosticaron un problema en su sistema inmunológico que le estaba destruyendo su hígado.

“Mis ojos se pusieron amarillos, muy amarillos, me daba pena y me ponía gafas para que no me vieran”, relata.

La madre y abuela, de 53 años, cuenta que por años esperó que ocurriera un milagro. “Me dijeron que podría esperar hasta una década o más”.

Los problemas hepáticos de Davis también comenzaron en 2014. El diagnóstico para la madre de tres y abuela de cuatro fue desalentador. La mujer de 59 años confiesa que pensó “que ya no había nada que hacer. Me voy a morir”.

La cirujana española Teresa Diago Uso, que hace parte del equipo de trasplante de la Clínica Cleveland, dice a Efe que la reacción de Davis es común.

La falta de información sobre los trasplantes sigue siendo un problema en Estados Unidos.

“El público debe saber que hay cura para las enfermedades hepáticas, que la posibilidad de un trasplante siempre está ahí y que son accesibles para todo el mundo, sin importar la raza o la edad”, recalca.

En 2019 fue cuando Davis cambió de parecer y puso su nombre en la lista de espera en la que Contreras llevaba inscrita varios años.

Finalmente, las dos mujeres recibieron la noticia que estaban esperando: había un hígado disponible para ellas. Ese mismo día se enteraron que lo compartirían.

EL HÍGADO SE REGENERA

El hígado es el único órgano vital del cuerpo humano capaz de regenerarse al 100 % , lo que permite que los médicos puedan trasplantar sólo un pedazo lo suficientemente grande como para que el órgano termine de renovarse.

Quintini señaló que la medicina “ha tomado ventaja” de esta característica, que ha permitido además que personas puedan donar en vida un pedazo de este órgano.

Pero en el caso de donantes fallecidos, los cirujanos han encontrado que el riesgo de fracaso del trasplante de hígado dividido es mayor que el de hígado completo, por lo que el procedimiento es rara vez usado cuando se trata de trasplantar a dos adultos.

El lóbulo derecho del hígado suele ser más grande (65 %) que el izquierdo (35 %) por lo que los médicos han optado por dar a los pacientes pediátricos la porción más pequeña, mientras los pacientes adultos reciben el lóbulo más grande, según Quintini.

Pero ante la escasez de órganos, el equipo de la Clínica Cleveland ha desarrollado técnicas que minimizan el riesgo de dividir un hígado para trasplantarlo a dos adultos.

Un ejemplo del éxito de esta técnica son Contreras y Davis, que este viernes 1 de julio cumplen dos años de estrenar hígado.

“Yo recibí la parte más grande porque soy la mayor”, bromea Davis mientras habla con Contreras y Efe.

Quintini contó que en la “compleja y difícil técnica” participaron cerca de cien profesionales, dirigidos por nueve cirujanos que realizaron los trasplantes a menos de cuatro meses de que se declarara la pandemia del coronavirus.

La española recuerda que tuvieron que acelerar el tiempo para obtener los resultados de las pruebas de la covid-19 para las pacientes y el donante.

Ahora, las “hermanas de hígado partido”, como se autodenominan, se han recuperado y su calidad de vida es “excelente”, asegura Quintini.

“Desde antes de conocerla tenía esta conexión con ella, que es como parte de mí”, relata Contreras.

Mientras Davis asegura que hallar a su hermana puertorriqueña ha sido “maravilloso”.

Las dos quisieron unirse también para hacer un llamado a la comunidad.

“Para que estos milagros médicos puedan seguir pasando necesitamos que todos tengamos conciencia de la importancia de la donación, especialmente entre los hispanos”, insistió Contreras.

Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., 17 personas mueren cada día en el país esperando un trasplante, y cada 9 minutos se inscribe una persona más en las listas de trasplantes.

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