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Un exdirector de Seguridad Nacional de EEUU trabajó como consultor para Riad

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Washington, 25 abr (EFE).- El general retirado Keith Alexander, quien estuvo al frente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, ha trabajado como consultor para Gobiernos extranjeros, entre ellos el de Arabia Saudí, tras abandonar el puesto, informó este martes el diario The Washington Post.

Alexander ganó unos dos millones de dólares en trabajos de consultoría, entre ellos 700.000 de un contrato con Riad sobre ciberseguridad, después del asesinato en 2018 del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado del reino en Estambul (Turquía).

El periódico ha conseguido esta información en el marco de un pleito amparado por la Ley de Libertad de Información interpuesto por el rotativo.

La empresa de consultoría del general retirado también se hizo con un contrato de 1,3 millones de dólares con el Gobierno de Japón para proporcionar asesoría en materia cibernética.

Alexander estuvo al frente de la mayor agencia de inteligencia de EE.UU. entre 2005 y 2014 durante los mandatos del presidente republicano George W. Bush (2001-2009) y el demócrata Barack Obama (2009-2017).

Según The Washington Post, este general es el militar de EE.UU. jubilado que ha recibido las compensaciones más cuantiosas por parte de Gobiernos extranjeros desde 2012. Le sigue el vicealmirante retirado de la Armada William Hilarides, quien desde 2016 se ha hecho con varios contratos de consultoría sobre asuntos navales con Australia, que llegan a 1,6 millones de dólares.

De acuerdo al diario, Hilarides ha sido asesor del Ejecutivo australiano en el último año y medio, lo que ha coincidido con los preparativos del acuerdo alcanzado por Camberra con Washington y Londres para construir una flota de submarinos nucleares.

De hecho, Australia anunció este martes que había elegido a Hilarides para liderar una revisión del tamaño y la estructura de la flota de superficie de su Armada australiana.

En octubre pasado, el Pentágono argumentó que sus soldados retirados, en tanto que son ciudadanos particulares, son “libres” de trabajar donde quieran bajo ciertos estándares.

El Pentágono se pronunció en respuesta a una información publicada en aquel entonces por The Washington Post que señalaba que cientos de militares jubilados de EE.UU. habrían sido contratados por Gobiernos extranjeros que en su mayoría no respetan los derechos humanos.

En ese artículo se afirmaba que más de 500 militares estadounidenses jubilados, entre ellos decenas de generales y almirantes, habrían sido empleados con contratos lucrativos desde 2015 por otros países, la mayoría conocidos por la represión política y los abusos de los derechos humanos.

El periódico aseguró que 15 generales y almirantes jubilados han trabajado desde 2016 como consultores del Ministerio de Defensa de Arabia Saudí, dirigido por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.

El portavoz del Pentágono, general de brigada Pat Ryder, dijo en su día que los soldados retirados deben cumplir las leyes referidas a “la no revelación de cualquier información no pública del Gobierno”, lo que incluye tanto datos clasificados como los que han obtenido a través de su trabajo para EE.UU.

En casos individuales como los citados por The Washington Post, el portavoz subrayó que cada rama de las Fuerzas Armadas o departamentos castrenses llevan a cabo “con diligencia” una evaluación de las peticiones de Ejecutivos extranjeros.

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