Fort Meade (Maryland, EE.UU.), 25 ene (EFE).-Mohammed Nazir bin Lep nunca olvidará los rostros de algunas de las 202 personas que murieron en los atentados de la isla indonesia de Bali en 2002.
Acusado por EE.UU. de haber conspirado con una filial de Al-Qaeda para llevar a cabo los ataques, el hombre, de 47 años, pidió perdón este jueves a los familias de las víctimas y aseguró estar cooperando con las autoridades para expiar su culpa.
“Me han mostrado fotos de algunos fallecidos y llevaré sus rostros en mi mente el resto de mi vida”, dijo Nazir ante un panel (jurado militar) en la Base Naval estadounidense de Guantánamo, donde ha estado preso sin un juicio durante 17 años.
“Quiero cooperar (con las autoridades) para mostrar lo que hay en mi corazón: remordimiento y tristeza”, agregó el imputado, de rasgos angulados y una perilla que le sobrepasa el mentón.
Nazir dio su testimonio durante la segunda jornada de la fase de sentencia del proceso penal contra él y Mohammed Farik bin Amin, también preso en Guantánamo en conexión con los atentados. Los dos se declararon culpables la semana pasada tras firmar acuerdos con la Fiscalía militar.
Vestido con un traje gris sin corbata y un gorro kufi, Nazir denunció haber sufrido torturas durante su tiempo en detención, pero no quiso dar más detalles al respecto.
Nacido y criado en Malasia, pasó tres años en cárceles secretas de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA, en inglés) antes de ser trasladado a Guantánamo.
En estas prisiones se llevaban a cabo torturas como ahogamientos simulados, palizas y privación del sueño, según testimonios de reos e informes de organismos internacionales.
“Me hicieron cosas que me destruyeron, pero no quiero hablar sobre ello porque es muy difícil. El pasado es el pasado”, subrayó, “perdono a las personas que me torturaron”.
Nazir aprovechó su testimonio para hablar de su crianza y explicar cómo se “radicalizó”. Las “injusticias” que se cometieron en Malasia contra la población musulmana lo llenaron de “rabia: “Era joven, inmaduro y terco y escuché a las personas equivocadas”.
En los documentos judiciales, la comisión militar detalla que entró en contacto con el indonesio Encep Nurjman ‘Hambali’, considerado el ideólogo del grupo Jemaah Islamiya -filial de Al Qaeda en el sudeste asiático- a finales de los 90.
Según EE.UU., Nazir viajó a Afganistán en el año 2000, donde juró su lealtad a Al-Qaeda, se reunió con Osama bin Laden y participó en un entrenamiento militar del grupo islamista. En 2001, el malasio viajó a Tailandia donde, bajo órdenes de ‘Hambali’, ayudó a comprar armamento, documentos falsos y movió dinero para financiar al grupo.
Nazir y Farik fueron capturados junto a ‘Hambali’ en 2003 y los tres fueron trasladados a Guantánamo e imputados en 2021 en la misma causa, donde se les acusa de crímenes de guerra, entre ellos asesinato, terrorismo, conspiración, ataques contra civiles y otros delitos.
El año pasado las autoridades separaron sus procesos durante la negociación con Farik y Nazir, que han reconocido haber conspirado con ‘Hambali’, considerado como la mente maestra detrás de los atentados de Bali del 12 de octubre de 2002.
Casi no se conocen detalles del acuerdo secreto de culpabilidad, pero durante la negociación los acusados pidieron su traslado a Malasia una vez condenados para participar en un programa de rehabilitación para yihadistas.
El panel militar escuchó en la sesión del miércoles los testimonios de familiares de varios fallecidos en ese ataque.
Las partes deberán reunirse de nuevo el viernes, día en que se le deberá entregar al jurado un documento con instrucciones sobre la emisión de la sentencia y se escucharán los argumentos finales por parte de la defensa y el Gobierno.