Nueva York, 7 sep (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este domingo abucheos, y algunos aplausos, por parte de los asistentes de la final masculina, entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, del Abierto de Estados Unidos.

Cuando la cámara apuntó al mandatario al final del primer set, el estadio vibró, muchos se levantaron de sus sitios para abuchear con el pulgar para abajo, mientras que otros, en menos cantidad, optaron aclamar y aplaudir al magnate.

La presencia de Trump, que vio el partido desde el palco principal del Estadio Arthur Ashe tras ser invitado por la lujosa marca de relojes suiza Rolex, hizo que el partido empezara este domingo con un retraso de 30 minutos por un refuerzo de las medidas de seguridad, que hoy contaba con un doble control del Servicio Secreto y de otras agencias federales en las entradas del complejo deportivo y del estadio.
Trump, nacido en Nueva York, fue hace años un pilar del Abierto de Estados Unidos, pero no ha asistido al torneo desde que fue abucheado en un partido de cuartos de final en septiembre de 2015, al poco de lanzar su primera campaña presidencial.
La presencia del mandatario en este torneo provocó que se convocara una protesta en su contra fuera de las instalaciones por la organización Rechazar el Fascismo en Nueva York.
“Trump amenaza con enviar tropas federales y la Guardia Nacional a Nueva York, Chicago y otras ciudades lideradas por demócratas, desatando la violencia racista y supremacista blanca contra nuestras comunidades. Así es el fascismo y debe detenerse antes de que sea demasiado tarde”, anotó la organización en un comunicado.
No obstante, casi no asistieron manifestantes a la protesta, según dijeron a EFE los organizadores, la falta de participación se produjo porque se convocó la protesta con poco tiempo. Tampoco ayudó el hecho de que Nueva York amaneciera hoy con el cielo encapotado y lluvias.
El hecho de estar viendo el tenis no impidió a Trump lanzar a través de sus redes una “última advertencia” a Hamás para que acepte un acuerdo para liberar a los rehenes israelíes del grupo militar palestino.
“Todo el mundo quiere que los rehenes vuelvan a casa. ¡Todo el mundo quiere que esta guerra termine! Los israelíes han aceptado mis condiciones. Es hora de que Hamás también las acepte”, escribió el mandatario en su red Truth Social.
El republicano también asistió en los últimos meses a otras grandes finales deportivas, como la del Super Bowl en Nueva Orleans, la final del Mundial de Clubes de la FIFA en Nueva Jersey o la de artes marciales mixtas UFC en Miami.