Kananaskis, (Canadá), 16 jun (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, insistió este lunes en que se intensificarán las redadas migratorias en grandes ciudades estadounidenses gobernadas por el Partido Demócrata, porque “ahí es donde reside la gente” que su Ejecutivo quiere deportar.
“Quiero que se centren en las ciudades, porque ahí se engloban las llamadas ciudades santuario, y ahí es donde reside la gente”, dijo durante una intervención junto al primer ministro canadiense, Mark Carney, en el marco de la cumbre de líderes del G7 que se celebra en Kananaskis, Canadá.
Las llamadas ciudades santuario estadounidenses son jurisdicciones que limitan su cooperación con las agencias federales de inmigración de cara a evitar que se detenga a ciudadanos únicamente por infracciones migratorias.
Las palabras de Trump llegan después de que el domingo anunciara en su red social, Truth Social, que se debían “intensificar los esfuerzos para detener y deportar a inmigrantes indocumentados en las ciudades más grandes de EE.UU., como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde residen millones de ellos”.
El presidente cargó en su mensaje contra “los demócratas de izquierda radical” e insistió en que las batidas debían poner el foco “en aquellos lugares donde las ciudades santuario desempeñan un papel tan importante”.
Trump volvió a criticar hoy la política migratoria de su predecesor, Joe Biden (2021-2025), y opinó que Chicago “ha sido invadida por criminales”.
Criticó al alcalde de la ciudad, Brandon Johnson, y al también demócrata JB Pritzker, gobernador de Illinois, el estado donde se sitúa la urbe, al que consideró como “probablemente el peor del país”.
“Miren Los Ángeles, esa gente no era de Los Ángeles. No era de California”, afirmó a su vez en referencia a los participantes de los disturbios que se han producido en la principal ciudad californiana desde hace más de una semana debido a la intensificación ahí de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Trump tomó la semana pasada la polémica decisión de enviar a Los Ángeles a soldados de la Guardia Nacional, decisión criticada por las autoridades locales, que reprocharon que se tomara sin su consentimiento y consideraron que solo buscaba elevar la tensión.
La federalización de la Guardia Nacional de California por parte del neoyorquino fue después bloqueada por un juez, cuya orden ha dejado a su vez en suspenso una corte de apelaciones.