Washington, 2 sep (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este martes que enviará tropas de la Guardia Nacional a Chicago pese a la oposición del gobernador de Illinois J.B. Pritzker, y dijo que incluirá a Baltimore en la medida.
“Lo vamos a hacer de todos modos. Tenemos el derecho de hacerlo, porque tengo la obligación de proteger este país, y eso incluye a Baltimore”, dijo Trump en la Casa Blanca al confirmar el envío de la milicia estatal armada a ambas ciudades.
El anuncio de Trump llegó horas después de que el gobernador Pritzker advirtiera que el mandatario se estaba preparando para militarizar Chicago “como lo hizo con Washington y Los Ángeles”.
El presidente aseguró que irán aunque el gobernador dijo que “no necesitan ayuda” porque según sus datos “nueve o diez personas fueron asesinadas y otras 50 alcanzadas por balas” y se refirió a Chicago como un “infierno vivo”.
Trump no detalló cuando se dará el despliegue de la Guardia Nacional en la ciudad gobernada por demócratas y dijo que se trataba de “un asunto político”.
Desde el 11 de agosto, Trump militarizó las calles de Washington D.C. y tomó el control sobre el Departamento de la Policía Metropolitana justificando “un crimen fuera de control” aunque las cifras de homicidios manejados por las autoridades locales marcan la tendencia de muertes violentas más baja de la capital en los últimos 30 años.
El pasado sábado, el estado de Illinois recibió una llamada del jefe de sector de la Patrulla Fronteriza para anunciar la movilización de agentes de otros estados hacia Chicago, según informó en una conferencia de prensa el gobernador Pritzker sin ahondar en más detalles.
Durante su anuncio Trump incluyó a Baltimore en su anuncio de movilizar agentes de la Guardia Nacional, luego de que el gobernador demócrata de Maryland, Wes Moore, se opusiera a la posible intervención federal en la mayor ciudad de su estado.
De acuerdo con datos de la Casa Blanca, más de 1.650 personas han sido arrestadas desde que la administración Trump movilizó por primera vez a los funcionarios federales a la capital estadounidense.