Washington, 16 sep (EFE).- El riesgo de cáncer de hígado entre los latinos de origen mexicano que viven en Los Ángeles se ha incrementado con cada generación en Estados Unidos, indica un estudio de la Escuela Keck de Medicina en la Universidad del Sur de California.
“Los hispanos representan uno de los grupos étnicos más numerosos y de crecimiento más rápido”, indicó Nicholas Acuña, autor principal del estudio presentado en una conferencia en Filadelfia (Pensilvania), que enfoca las desigualdades en la salud de minorías étnicas y raciales.
“Las tendencias epidemiológicas muestran una incidencia creciente de cáncer de hígado y de conducto biliar intrahepático en esta población, tanto en hombres como en mujeres”, añadió Acuña.
El investigador y su equipo tomaron como muestra datos de enfermedades crónicas y de cáncer de más de 215.000 participantes en cinco grupos étnicos y raciales en Los Ángeles y en Hawái.
El análisis se enfocó en las personas que se indentificaban como mexicanas y de quienes había información sobre el sitio de nacimiento de sus padres y madres.
La categoría de primera generación correspondió a los nacidos en México y cuyos padres y madres también habían nacido en ese país. La segunda generación correspondió a los nacidos en Estados Unidos con al menos la madre o el padre nacido en México.
Finalmente la categoría de tercera generación la conformaron los nacidos en Estados Unidos y cuyos padres y madres también habían nacido en este país.
Los investigadores evaluaron los riesgos de carcinoma hepatocelular (CHC) tomando en cuenta ajustes por factores como edad, sexo, índice de masa corporal, tabaquismo, ingestión de alcohol, historial de diabetes y consumo diario de café.
Tras un periodo de seguimiento promedio de 23,4 años, entre las 32.239 personas de ascendencia mexicana hubo 220 casos de CHC.
El estudio mostró un incremento en las tasas de incidencia, ajustadas por edad, con cada generación sucesiva, de 20,9 casos por cada 100.000 personas en los individuos de la primera generación a 27,5 casos por 100.000 en los de la segunda y 34,7 casos por 100.000 personas en la tercera.
Hechos los ajustes por factores de riesgo de CHC, los investigadores determinaron que las personas de ascendencia mexicana de la segunda generación tenían una tasa de riesgo 35 % más alta que los de la primera, y los de la tercera una 34,7 % más elevada.
“Para mitigar el riesgo creciente de CHC en esta población son necesarias intervenciones que enfoquen la adaptación cultural y la adopción de estilos de vida negativos como el aumento en el consumo de alcohol, la dieta perjudicial y el tabaquismo”, afirmó Acuña.