Guadalajara (México), 28 nov (EFE).- El escritor nicaragüense y ganador del Premio Cervantes, Sergio Ramírez, reconoció este lunes como “una posibilidad real” no volver a su país natal ya que no cree que el régimen de Daniel Ortega vaya a caer pronto, porque tiene “los tornillos bien afianzados”
Así lo indicó Ramírez en una entrevista con EFE en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde participa como invitado.
“Claro, el que queda dentro se queda callado, porque se vive bajo las reglas brutales de la represión. ¿Qué haría yo dentro de Nicaragua, rodeado de policías y amenazados de decir cualquier palabra? En estas circunstancias es más natural el exilio, no la prisión interna que significa estar callado. O está en la cárcel, porque yo seguramente estaría en la cárcel”, afirmó.
Por eso, el escritor de 80 años, quien ya estuvo exiliado con la dictadura de Anastasio Somoza en la década de 1970, considera difícil regresar a su país natal.
De hecho, alertó que de “Nicaragua se está yendo todo el mundo”.
“Resignación no es la palabra correcta, pero tomo como real la posibilidad de no volver a Nicaragua. No quiero engañarme a mí mismo, tengo 80 años. No es que Daniel Ortega esté cayendo mañana, tiene los tornillos muy bien afianzados”, agregó con melancolía.
A juicio de Ramírez, “Ortega tiene un liderazgo tácito de Centroamérica, nadie se atreve a enfrentarlo. A El Salvador, Guatemala, Nicaragua, los une la violencia contra los derechos humanos, nadie puede lanzarle la piedra al tejado del otro”.
“Veo a Guatemala con una derecha muy agresiva. Con una izquierda bastante floja en Honduras. Un criptopresidente en El Salvador. Y un gran miedo de todos ellos hacia Ortega”, aseguró a EFE el autor de “Margarita, está linda la mar”.
Ramírez, que presentará su nuevo libro de cuentos “Ese día cayó en domingo” y está actualmente residiendo en EE.UU. donde dicta clases en la Universidad de Princeton, destacó lo “maravilloso” del gran certamen literario en español.
“Es un verdadero fenómeno en Latinoamérica. La gente no solo toca los libros, los compra y se los lleva para casa”, sostuvo.
Participará esta semana en el Encuentro Internacional de Cuentistas, y se mostró orgulloso de ser un gran defensor del género breve.
“Soy novelista, pero siempre vuelvo al cuento para probarme que todavía domino ese difícil arte de escribir cuentos. Una novela es otra cosa, es un mar de fondo. Son tres años. Pueden ocurrir muchas cosas, a la novela misma. Pero a un cuento no le puedo ocurrir mucho en las pocas horas que se escribe. Un cuento tiene que salir de una sola pieza”, concluyó.
Durante los nueve días que dura, la FIL espera reunir a 800.000 personas en torno a 620 presentaciones de libros, 3.000 actividades literarias, académicas y científicas que se realizarán en el recinto ferial y en diversos municipios del estado de Jalisco, en el oeste de México.
El sábado se entregó el premio principal de la FIL al poeta rumano Mircea Cărtărescu.
Entre los autores más destacados en el certamen se encuentran la también premio Cervantes, Elena Poniatowska; el poeta sirio Adonis, Francisco Goldman, Arturo Pérez Reverte, Cristina Rivera-Garza y Élmer Mendoza .