Ciudad de México, 23 jun (EFE).- La que en 1958 fue la primera telenovela mexicana, “Senda Prohibida”, regresa este viernes a la pantalla adaptada a una nueva serie que, pese a mantener la esencia de la original, adquiere una importante carga social y reivindica la figura de la mujer, explicó el elenco en entrevista con EFE.
“Era muy importante mantener el origen de la historia, está contada tal cual a la original. Sin embargo, la carga social que lleva esta adaptación es muy importante, refleja el proceso de evolución que han tenido las mujeres”, indicó la productora de la serie, Giselle González.
Aunque han pasado 65 años desde la producción original y cerca de medio siglo desde las últimas adaptaciones, tiempo en el que México y su sociedad han experimentado fuertes cambios sociales, los motores de la telenovela son los mismos: el amor, la traición, los celos.
“Se sigue sufriendo por las mimas cosas, pero los elementos son diferentes: la tecnología, la libertad, la aspiración. Por eso son tan importantes lo melodramas, y uno como este, aunque es el reflejo de una sociedad distinta, como público te consigues identificar”, valoró la productora.
Con esta nueva versión, el elenco realiza un homenaje al género de las telenovelas y a las distintas generaciones de mexicanos que, durante décadas, han seguido las incontables producciones.
“Es un homenaje al público, llevarles esas historias que tanto nos pertenecen (a los mexicanos) y que hablan mucho de quiénes somos como seres humanos”, incidió la actriz Iliana Fox.
“Senda Prohibida”, que se estrena este viernes en la plataforma Vix+ de TelevisaUnivision, narra la historia de Nora López, una joven fuerte e independiente, aunque también algo maquiavélica, que acaba destruyendo una familia para lograr el estilo de vida lujoso con el que había soñado.
EL ROL DE LA MUJER
El papel de Nora, quien manipula a los hombres con su implacable belleza, fue verdaderamente disruptivo en una época, las décadas de los cincuenta y sesenta, en la que la mujer era a veces poco más que un elemento decorativo en las casas.
Para Ela Velden, la actriz protagónica, su personaje representa a las mujeres que van detrás de lo que quieren, que no se dejan pisar por los hombres y que luchan por sus objetivos.
“Las malas decisiones y las cosas maquiavélicas que hace son un punto y aparte, pero esa tenacidad, esa voluntad, creo que es lo que nos define como mujeres, y creo que podemos lograr conexiones de lo que éramos antes y lo que somos ahora”, subrayó.
Raúl Méndez, quien encarna a Federico Rubio, otro protagonista, dijo que durante el rodaje imaginaba cómo fue la reacción de los primeros espectadores de la telenovela al enfrentarse a un papel femenino tan potente.
“Me imagino a la gente frente al televisor viendo esta historia de una mujer con poder y echada para adelante, y esos hombres a su alrededor a su merced, y me parece increíble. Va a ser interesante como ahora las generaciones actuales coinciden o no con este mundo que era ‘Senda Prohibida'”, continuó.
UN REFLEJO DE MÉXICO
Desde su inicio en 1958 con la primera edición de “Senda Prohibida”, la telenovela se ha convertido en el género televisivo mexicano por excelencia y ha acompañado a su pueblo en numerosos cambios sociales.
“La telenovela siempre ha ido a la par que la sociedad, siempre ha buscado ser un reflejo. Creo que resulta interesante poder ver el reflejo de cómo era nuestra sociedad en esos años, cómo ha habido una lucha”, ahondó José Manuel Rincón.
La serie, además de contar una historia de amor, celos y traición, ofrece pinceladas de sucesos históricos como el sufragio femenino, el auge de los sindicatos, la expansión urbana, o el paso de la radionovela a la telenovela.
“Se habla de la construcción de las Torres de Satélite (un conjunto escultórico en Estado de México), de los puentes, cómo fueron evolucionando nuestro México y su sociedad”, agregó González.
Telenovelas como “Senda Prohibida”, puntualizó Méndez, van más allá de ser un vestigio histórico de la historia mexicana: son parte de su identidad, de su imagen frente al extranjero.
“El melodrama, la telenovela, es el ADN, una manera del mundo de tratar de entender más al mexicano: la manera en que fuimos educados en una sociedad con una estructura social, ética, moral y religiosa muy clara, pero sobre todo machista”, opinó.
“Es un proyecto muy interesante para nosotros y para exportarlo y que (los extranjeros) entiendan este mundo tan surreal que significa ser mexicano”, finalizó.