Washington, 8 ago (EFE).- Dos de los tres hombres blancos que “cazaron” y mataron con una escopeta al afroamericano Ahmaud Arbery en 2020 fueron sentenciados este lunes a una segunda cadena perpetua por una corte federal, después de haber sido sentenciados a la misma pena a comienzos de año por un juez estatal.
Junto a Gregory y Travis McMichael, padre e hijo condenados a cadena perpetua, su vecino, William “Roddie” Bryan, fue sentenciado a 35 años de cárcel.
Travis McMichael, de 36 años, fue condenado a una segunda cadena perpetua más diez años por delitos de odio por su participación en el asesinato de Arbery, un joven afroamericano de 25 años al que persiguió y después disparó cuando se encontraba haciendo deporte, en un caso que provocó una ola de indignación y protestas.
El padre de Travis, Gregory McMichael, también recibió una sentencia federal de cadena perpetua más siete años.
Los tres habían sido ya condenados a cadena perpetua tras su juicio, a comienzos de 2022, en la Corte Superior del condado de Glynn (Georgia), un juzgado estatal.
Las sentencias son sobre todo simbólicas, ya que la jueza federal Lisa Godbey falló que la pena de prisión se cumpla de manera simultánea a la ya ordenada por el juzgado estatal, que en el caso de los McMichael no admite posibilidad de libertad condicional -aunque sí la admite en el de Bryan-.
El caso de Arbery sucedió poco antes del asesinato del también afroamericano George Floyd, un suceso que encendió la llama de una multitud de protestas por el racismo en Estados Unidos y que dio relevancia internacional al movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan).
La muerte de Arbery, ocurrida el 23 de febrero de 2020, pasó desapercibida durante varios meses, hasta que se filtró en internet un video grabado por Bryan con su celular que mostraba el momento en que el joven fue interceptado por los McMichael, quienes, tras perseguirlo y acorralarlo en su camioneta, le dispararon a quemarropa con una escopeta.
La muerte de Arbery dio pie a que los legisladores de Georgia aprobaran una medida que penaliza los delitos de odio en el estado, una iniciativa bipartidista que fue promulgada por el gobernador, el republicano Brian Kemp, que la celebró como una “señal de progreso”.