Ciudad de México, 13 jun (EFE).- Adán Augusto López, paisano y fiel escudero del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunció este martes que dejará el viernes a su cargo como secretario de Gobernación para acechar la presidencia, carrera a la que se presenta como un candidato discreto, que apenas ha entrado en confrontaciones con el resto de contendientes.
“Yo no voy a renunciar, le he pedido al presidente que me releve del cargo de secretario de Gobernación, seguramente el viernes por la mañana haré efectiva esa petición de manera formal. Dejo este cargo porque voy en la búsqueda de otro”, dijo a los medios de comunicación.
Tan silenciosa ha sido su estrategia hasta ahora que ha sido el último de las “corcholatas” -como se conoce coloquialmente a los candidatos en México- en anunciar que se deslindará de su puesto, uno de los requisitos impuestos por la dirigencia nacional de su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), para participar en el proceso interno para designar a su candidato a la presidencia.
López y su familia han acompañado a López Obrador desde sus inicios políticos en Tabasco, estado del suroeste mexicano en el que ambos nacieron.
Como fiel escudero del mandatario, militaron en los mismos partidos, desde sus inicios en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), su paso por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y hasta la fundación de Morena.
En 2019 ganó las elecciones para ser gobernador de Tabasco y, dos años después, recibió la llamada de López Obrador para ocupar la secretaría de Gobernación, el principal cargo del gabinete, y no dudó en renunciar para volver al lado de su hermano político.
“Adán es muy competente, está formado. Es mi hermano, mi amigo y además es mi paisano, y con su trabajo me demuestra su apoyo”, lo alabó López Obrador en diciembre del pasado año.
Pese a dejar el gabinete, incidió el aún secretario de Gobernación, siempre estará “junto al presidente y acompañando y ayudando con todo en el movimiento”.
LA DISCRECCIÓN POR ESTRATEGIA
A diferencia de los otros tres principales candidatos a representar a Morena en las presidenciales de junio de 2024, que llevan meses alimentando el debate público, López se ha mantenido al margen de disputas y debates.
También ha sido el último en dar el paso de la renuncia. Marcelo Ebrard abandonó la cancillería el pasado lunes, el mismo día que la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, y el líder del partido en el Senado, Ricardo Monreal, informaron de su decisión, que se efectuará, como tarde, el viernes.
A lo largo de sus dos años en la Secretaría de Gobernación (Segob), López no se ha prodigado mucho en los medios ni ha sido protagonista de grandes anuncios, salvo cuando reveló sus aspiraciones presidenciales en octubre de 2022.
No obstante, durante cerca de una semana de abril pasado, los mexicanos pudieron ver un adelanto de cómo sería como mandatario.
Ante la convalecencia por coronavirus de López Obrador, el secretario estuvo a cargo de las “mañaneras”, como se conoce a las ruedas de prensa diarias del presidente, que llegan a durar hasta tres horas, desde las que marca la agenda del día y ataca a quienes considera sus enemigos.
López es el tercer mejor valorado en la mayoría de las encuestas, por detrás de Sheinbaum y Ebrard, y tan solo por delante de Monreal.
Sin embargo, su cercanía con López Obrador y su dilatada carrera política, con periodos como diputado estatal y federal, no permiten desechar su candidatura.
GESTIÓN DE LA MIGRACIÓN
Pese a tratar de pasar algo desapercibido, López se ha visto salpicado por asuntos como la gestión de la crisis humanitaria de los migrantes que atraviesan México.
Como titular de la Segob, responsable del Instituto Nacional de Migración (INM), la muerte de 40 migrantes en un centro de detención gubernamental el pasado 27 de marzo fue uno de los momentos más delicados de su gestión.
El trágico suceso, considerado por el Gobierno de El Salvador como un “crimen de Estado”, salpicó al funcionario y cuestionó la labor de las instituciones en la protección de los migrantes.
No obstante, trató de esquivar la polémica al señalar a Ebrard, entonces secretario de Relaciones Exteriores, como verdadero responsable de la gestión de la crisis.
Bajo su mandato, en 2022 se batió el récord de migrantes indocumentados interceptados en la frontera entre Estados Unidos y México -más de 2,76 millones-, cifra que ha ido acompañada de repetidas violaciones de los derechos de las autoridades mexicanas hacia las personas en movilidad.