Caracas, 18 jun (EFE).- A los 34 años, el delantero caraqueño Salomón Rondón sigue siendo el máximo referente de una selección venezolana de fútbol que da sus primeros pasos hacia la Copa América de Estados Unidos, que comienza el 20 de junio.
Rondón no solo es el capitán de la selección absoluta de fútbol de Venezuela, sino que es el símbolo que los rivales señalan y conocen, y, desde luego, buscan neutralizar.
El máximo anotador en la historia de la Vinotinto, con 41 goles en poco más de un centenar de partidos, acudirá al torneo en Estados Unidos “con todo y con el corazón”, según ha escrito en sus redes sociales.
Para Rondón, el seleccionador Fernando Batista y el resto de la plantilla venezolana, el próximo torneo plantea el desafío de mejorar el desempeño, pues nunca el país ha podido pasar de la cuarta posición.
Luego de marcar 17 goles en los últimos 27 partidos con el Pachucha mexicano, su club desde enero pasado, el número 23 es uno de los fijos en la lista de 26 convocados de Batista.
Venezuela debutará el 22 de junio ante Ecuador.
Rondón, que ha sudado como nadie la camiseta vinotinto, tras más de 100 partidos con su selección, es la apuesta segura de Fernando ‘Bocha’ Batista para la Copa América, la primera cita continental que enfrentará el entrenador argentino desde que llegó al banquillo en marzo de 2023.
Pero Rondón no es el único as que tiene Batista bajo la manga.
Otros delanteros se han ganado importante espacio, como Josef Martínez y Jhonder Cádiz.
Rondón, Martínez y Cádiez han llegado a jugar juntos con positivos resultados.
El exjugador de clubes de España y Rusia ya superó los 200 goles durante su carrera profesional y es el único futbolista venezolano que ha conseguido dos tripletes con la selección: en 2009 contra Japón y en 2022 a Bolivia, en partido de las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Catar.
Aunque Venezuela acumuló una buena racha en la última temporada, han sido más los altibajos sorteados en los últimos 15 años, cuando el goleador ha ejercido su liderazgo para insistir a sus compañeros, en marchar juntos “por el buen camino”.