Miami, 14 abr (EFE).- El descubrimiento de restos arqueológicos de al menos 2.500 años en un lugar de Miami donde se construye un complejo inmobiliario de lujo plantea qué significa el legado de la extinta tribu Tequesta en una ciudad donde casi todo parece nuevo y la mayoría de sus habitantes viene de otra parte.
Las obras del proyecto de la firma Related Group se llevan a cabo casi en paralelo a las excavaciones lideradas por el arqueólogo Robert Carr en un terreno donde se cree que celebraban sus ceremonias los Tequesta, un pueblo que habitó el sureste de Florida desde el siglo III antes de Cristo hasta su extinción en el siglo XIX.
Muy cerca de allí y a orillas del río que da nombre a una ciudad que cumplió 125 años en 2021 y en la que un 54 % de sus habitantes son nacidos en otro lugar está el Miami Circle.
Se trata de un círculo de piedras descubierto también a causa de un desarrollo inmobiliario y cuya construcción se atribuye también a la “compleja y estratificada” sociedad Tequesta, en palabras de Carr.
El arqueólogo fue contratado por Related Group, propiedad del empresario de origen cubano Jorge Pérez, quien al iniciar el proyecto Baccarat previó la posibilidad de encontrar en el lugar restos arqueológicos.
Por ello, ha desembolsado en los últimos 2 años más de 20 millones de dólares solo en las excavaciones arqueológicas, señalaron a EFE representantes del grupo.
Como parte del compromiso de la firma por un proceso “transparente e inclusivo” en torno al sitio y los artefactos hallados, según señaló recientemente Pérez, Carr remite cada semana a la alcaldía de Miami un reporte sobre el desarrollo de sus tareas.
En la última sesión de la Junta Histórica Ambiental y de Preservación de Miami, celebrada el pasado 4 de abril, la compañía prometió entregar en unos 6 meses “un plan de acción para honrar el sitio y asegurar la ubicación adecuada de los artefactos de cara a un estudio futuro”.
POSIBLE DESIGNACIÓN HISTÓRICA
Para el arqueólogo y profesor de la Universidad de Miami William Pestle, la ciudad debe designar oficialmente el lugar como un “sitio arqueológico” y “exigir que los artefactos que ya han sido excavados se conserven, almacenen adecuadamente, estudien y difundan al público”, según señaló a EFE .
Precisamente, en la última sesión de la Junta, que contó con participación de vecinos, desarrolladores y un representante de los pueblos indígenas de Florida, se aprobó de forma unánime que se inicie el proceso de designación histórica de una parte de la parcela donde estaría ubicada unas de las tres torres Baccarat .
La Junta, que de aprobarse esa designación tendría jurisdicción legal sobre los planes de conservación, decidió no actuar sobre la otra parte del terreno hasta recibir el informe de la firma una vez concluidas las excavaciones arqueológicas.
La promotora inmobiliaria, de esta forma, puede continuar sin contratiempos con las obras de este proyecto que comprenderá en total unas 1.400 unidades residenciales, algunas de hasta 818 metros cuadrados de superficie.
Pestle opina que las autoridades municipales deberían exigir que se reserven fondos para rediseñar los edificios “a fin de minimizar el impacto en los recursos arqueológicos que se recuperarán” y además “exigir que existan fondos y un plan para construir un museo en el sitio”.
OBJETOS MÁS ANTIGUOS QUE LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO
De acuerdo a Pestle, algunos de los artefactos de cerámica, restos de comida y objetos domésticos hallados “son más antiguos que Machu Pichu, el Imperio Romano, el Partenón, las pirámides de Egipto y las civilizaciones minoica/micénica”, una aseveración con la que no concuerda su colega Carr.
Ante la junta, el responsable de las excavaciones puso de relieve la importancia del sitio (“Estamos aprendiendo, de forma extensiva, más que cualquier cosa que hayamos visto nunca”), pero dudó de que los hallazgos puedan tener más de 7.000 años de antigüedad.
Por su parte, Robert Rosa, activista del American Indian Movement of Florida, pidió a la Junta que se detengan por completo las obras ya que nadie debería lucrar con “objetos sagrados”, según recogieron los medios.
“Nadie debe aprovecharse de nuestros antepasados”, dijo Rosa.
Para Pestle, la junta tomó medidas afortunadas “pero no fueron tan lejos como a los conservacionistas les hubiera gustado ver y todavía quedan muchos pasos por delante en el proceso legal”.
“Sabemos que trabajar juntos en la preservación de sitios arqueológicamente significativos es un esfuerzo de colaboración que beneficia a todos”, dijo en tono conciliador Jorge Pérez en una declaración pública.
Lorenzo Castro E.