Washington, 18 nov (EFE).- El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, logró este martes la compra de los ansiados cazas F-35 y un estatus militar especial de parte del presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien además lo exculpó del asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi, del que lo responsabiliza la inteligencia estadounidense.
La polémica levantada por la presencia del hombre fuerte de Arabia Saudí en Washington no impidió a Trump recibir en la Casa Blanca a su aliado con los más altos honores reservados para una visita de Estado, a pesar de que el príncipe no es jefe de Estado.
El republicano desplegó la alfombra en el pórtico sur de la residencia presidencial para dar la bienvenida a Bin Salmán en una pomposa ceremonia con guardia de honor, desfile de caballos, salvas de cañón y el sobrevuelo de aviones de combate, incluidos F-35.
Por la noche se volvieron a ver para una cena de gala organizada por Trump y la primera dama, Melania, en honor al príncipe y a la delegación saudí, que incluía a Cristiano Ronaldo, estrella del Al Nassr.
El asesinato de Khashoggi son “cosas que pasan”

Durante su reunión en el Despacho Oval, Trump se indignó cuando una periodista preguntó al príncipe sobre su implicación en el asesinato del periodista y disidente saudí Jamal Khashoggi, columnista de The Washington Post, quien fue descuartizado el 2 de octubre de 2018 en el consulado del reino árabe en Estambul.
“Mencionas a alguien que fue extremadamente polémico. A mucha gente no le caía bien ese señor del que hablas; te cayera bien o mal, son cosas pasan”, dijo Trump.
“Él no sabía nada al respecto y podemos dejarlo así. No tienes que avergonzar a nuestro invitado con estas preguntas”, agregó sobre el príncipe.
La CIA determinó que Bin Salmán aprobó el asesinato dada su omnipotencia sobre todos los aparatos de seguridad del reino, pero el príncipe ha negado desde el principio su implicación.
Bin Salmán, cuya visita indignó a la familia de Khashoggi, respondió que el asesinato fue un “gran error” y algo “doloroso” para Arabia Saudí, si bien defendió que fue investigado adecuadamente y prometió que algo así no volverá a ocurrir.
Tras el crimen, Trump, en su primer mandato, minimizó la responsabilidad de Arabia Saudí, priorizando la alianza con Riad, mientras que su sucesor, Joe Biden, prometió tratar a Bin Salmán como un “paria”, aunque cambió de postura y se reunió con el príncipe en Arabia Saudí en 2023.
Estrecha alianza militar

Bin Salmán visitó a Trump, con quien ya se vio en mayo en Riad, con la petición de que autorizara la transferencia a su país de los F-35, los aviones de combate furtivos más avanzados del mundo, que solo fabrica Estados Unidos.
“El presidente Trump aprobó un importante paquete de ventas de defensa, que incluye futuras entregas de F-35, lo que fortalece la base industrial de defensa de Estados Unidos y garantiza que Arabia Saudí continúe comprando productos estadounidenses”, comfirmó la Casa Blanca tras el encuentro.
El republicano le dio luz verde a pesar de las suspicacias en Washington por la posibilidad de que la venta altere el equilibrio de fuerzas en Oriente Medio respecto a Israel o que la tecnología de los F-35 acabe en manos de China.
Durante la cena, Trump fue más allá y anunció la designación de Arabia Saudí como “aliado principal fuera de la OTAN”, un privilegiado estatus de cooperación militar que ostentan un pequeño grupo de naciones.
Trump y Bin Salmán firmaron también un pacto de cooperación en materia de energía nuclear con fines civiles, así como otros acuerdos relativos a minerales críticos e inteligencia artificial.
El príncipe anunció además que el paquete de inversiones saudíes en Estados Unidos se elevará hasta un billón de dólares, frente a los 600.000 millones anunciados en mayo durante el viaje de Trump.
La normalización con Israel tendrá que esperar
Aunque no se esperaba un acuerdo al respecto, Trump quiso presionar al príncipe para que Arabia Saudí se sume a los Acuerdos de Abraham, impulsados durante el primer mandato del republicano para normalizar relaciones entre Israel y los países árabes.
Bin Salmán consideró la iniciativa como “positiva” pero dejó clara la condición de que debe existir primero “un camino claro” para el establecimiento de un Estado palestino.
La Administración de Biden ya intentó que los saudíes se unieran al plan, pero los esfuerzos se vieron frustrados por los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la posterior ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza.
El Gobierno de Trump cree que su plan para Gaza y el actual alto el fuego pueden convencer a Riad, aunque Israel ha dejado claro que nunca aceptará la creación de un Estado palestino.


