Miami, 13 ene (EFE).- Una larga investigación de tres años concluyó con la detención en Florida de ocho personas a las que se presentaron este viernes cargos por traficar con cerca de 200 serpientes venenosas y prohibidas de diferentes partes del mundo, informaron las autoridades.
La investigación se inició en 2020, después de que la Comisión para la Conservación de la Pesca y Fauna Silvestre de Florida (FWC) recibiera informes de inteligencia y denuncias alertando de la existencia en este estado de un “mercado negro para la compraventa de reptiles venenosos ilegales y muy peligrosos”.
La FWC utilizó agentes encubiertos para determinar el alcance de este mercado negro y atrapar a los infractores, ocho de los cuales fueron hoy acusados de delitos que van desde “segundo grado a delitos graves de tercer grado relacionados con el tráfico ilegal de serpientes venenosas prohibidas”.
En el curso de la investigación, los detectives encubiertos de la FWC “compraron o vendieron a traficantes de vida silvestre cerca de 200 serpientes de 24 especies diferentes procedentes de 7 regiones diferentes del mundo”.
Entre las numerosas especies de serpientes con que traficaban figuran la taipán del interior (muy venenosa, grande y originaria de Australia), diversos tipos de víbora como la rinoceronte, la africana o la de Gabón, la mamba verde oriental y múltiples especies de cobra escupidora, que lanza veneno desde sus colmillos.
“Los sujetos involucrados mostraron un total desprecio por el marco regulatorio diseñado para mantener seguros a los floridanos”, dijo la FWC.
“Algunas de estas serpientes se encuentran entre las más peligrosas del mundo”, advirtió, por su parte, Randy Bowlin, líder de la sección de investigaciones e inteligencia de la FWC y del Departamento de Aplicación de la Ley (DLE) del estado.
Bowlin recordó que “las reglas y leyes de Florida existen para proteger al público y evitar que ocurran tragedias”.
Los acusados son William Chase Agee, Dylan Isaac Levin, Edward Daniel Baus, Jorge Javier González, Paul Edward Miller, Joseph Switalski, Timothy James Gould y Delvin Eugene Sasnett.
Los investigadores de la FWC determinaron que el mercado negro de reptiles venenosos en Florida es “robusto” y que los traficantes mueven estas especies “con frecuencia y en gran número” y con un agravante: “las normas de enjaulamiento, transporte y manipulación son a menudo ignoradas” por los que trafican.
Los agentes de la FWC recogieron además “pruebas inquietantes”, tales como la confirmación de que algunas personas “estaban liberando o planeaban liberar reptiles prohibidos en el hábitat nativo cercano para establecer una población de reproducción silvestre de fácil acceso”, alertó Van Barrow, capitán de la sección de investigación.