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Placita Dolores Huerta, una esperanza de vivienda asequible para latinos

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Los Ángeles, 25 abr (EFE).- Con el precio promedio de 800.000 dólares por una casa y los arriendos por las nubes, la crisis de vivienda asequible en California parece insuperable; pero proyectos como la Placita Dolores Huerta en Coachella representan una luz de esperanza para más de 1,4 millones de familias de inquilinos que necesitan ayuda en el estado.

Imagen cedida por Interactive Design Corporation a través de la organización Community Housing Opportunities Corporation (CHOC) donde se aprecia un representación de la Placita Dolores Huerta, una futura comunidad de viviendas asequibles en el Valle de Coachella en el sur de California. EFE/Interactive Design Corporation /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS /SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA /CRÉDITO OBLIGATORIO

En toda California se escuchan historias sobre las penurias que enfrentan los inquilinos de bajos recursos para pagar sus arriendos, como fue el caso de la mexicana María Beltrán que, según dijo a Efe, tenía que escoger “entre darle de comer a sus hijos o pagar completa la renta”.

Imagen cedida por Interactive Design Corporation a través de la organización Community Housing Opportunities Corporation (CHOC) donde se aprecia el dibujo de una de las entradas a la Placita Dolores Huerta, una futura comunidad de viviendas asequibles en el Valle de Coachella en el sur de California. EFE/Interactive Design Corporation /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS /SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA /CRÉDITO OBLIGATORIO

Los retos económicos de Beltrán comenzaron en la década de 1990 cuando llegó a Estados Unidos con sus dos hijos huyendo de la pobreza en Mexicali (Baja California, México).

La inmigrante cuenta que nunca encontró un trabajo con un salario que le permitiera pagar un apartamento para ella y sus hijos, a pesar de laborar en el próspero Valle de Coachella, hogar de uno de los festivales de música más famosos del mundo e importante zona agrícola de California.

UNA VIVIENDA DIGNA

La salvación de Beltrán y sus hijos fue la vivienda subsidiada, que le permitió pasar de vivir en una habitación improvisada que califica de “infrahumana” a un apartamento de dos recámaras.

Ahora que sus hijos se casaron y ella se quedó sola y con un problema de rodilla que le impide trabajar, la inmigrante logró calificar para un apartamento de la Placita Dolores Huerta, un proyecto de la organización Community Housing Opportunities Corporation (CHOC) de 50 viviendas renovadas y 60 construidas.

El viernes 29 de abril, autoridades y activistas celebrarán el proyecto con el ánimo de “inspirar” a otras comunidades, según dijo el alcalde de Coachella, Steve Hernández. Al acto asistirá la renombrada activista Dolores Huerta.

Beltrán dice sentirse agradecida ya que tiene una vivienda digna que puede pagar con la pensión que recibe. Al pedírsele que describa su apartamento responde emocionada que “es un lugar muy bonito, con una salota, una cocina decente y un baño que no tengo que compartir con tanta gente”.

Joy Silver, directora de CHOC en el sur de California, explica a Efe que este proyecto tiene “un enfoque holístico” que consiste en “ofrecer oportunidades de calidad de vida y dignidad” para integrar a familias y personas necesitadas en la comunidad sin hacer diferencias económicas.

“Este enfoque abarca todo, desde el diseño (de las viviendas) hasta tener una fuente de agua para que jueguen los niños”, ahonda.

Pero el proceso para lograr el desarrollo de estas 110 unidades familiares de una, dos o tres habitaciones no ha sido fácil. Estas viviendas estaban en riesgo de convertirse en apartamentos a precio de mercado y CHOC tuvo que asegurar fondos por más de 26 millones de dólares para que la propiedad siguiera siendo de viviendas asequibles por los próximos 55 años.

Silver asegura que el mayor problema de la vivienda asequible en California es la “falta de financiamiento”. A esto se suma una serie de factores como la velocidad a la que pueden construirse las viviendas y obtenerse la concesión a los constructores, “porque cuanto más se tarda en poner todo en su lugar, más caras se vuelven las diferentes comunidades y más grave es la necesidad”.

“La crisis de la vivienda es generalizada; no es simplemente la crisis de la vivienda asequible lo que está en juego aquí”, señala.

En septiembre del año pasado el gobernador de California, Gavin Newsom, echó a andar algunos de los proyectos de ley de vivienda más grandes en años en el estado, incluida una medida que permite construir más de una vivienda en lotes destinados originalmente a ser unifamiliares, que comprenden la mayor parte de la tierra urbanizable de California.

Sin embargo, los detractores han impulsado una campaña para que los votantes enmienden las leyes establecidas.

Respecto a la vivienda asequible, el gobernador demócrata firmó una orden ejecutiva en 2019 que prioriza el uso de terrenos estatales para apoyar la creación de hogares para personas de bajos recursos. Pero una auditoria revelada en marzo pasado encontró que California no ha utilizado de manera efectiva estas propiedades.

Michael Tilden, auditor interino de California, envió una carta a la Legislatura y al gobernador advirtiendo que “la rápida creación de viviendas asequibles es fundamental porque más de 1,4 millones de familias de inquilinos de California de bajos ingresos carecen de acceso a viviendas asequibles”.

Si bien se estima que se podrían proporcionar más de 30.000 unidades de viviendas a los inquilinos elegibles obedeciendo la orden ejecutiva, el Departamento de Servicios Generales de California necesita acelerar el proceso de oferta de propiedades para desarrollo, concluyó la auditoría.

Se estima que la mayoría de los 92 proyectos que se desarrollarían tardarían más de 7 años. Hasta el momento sólo 19 de las propiedades están disponibles para estos proyectos.

La Legislatura de California está discutiendo otro paquete de propuestas de ley para aumentar la vivienda asequible. Silver opina que el esfuerzo “es muy, muy prometedor”.

Por su parte Beltrán dice que espera vivir su apartamento por varios años más. La mexicana, que no ve en un futuro cercano una mejoría en su economía, también aboga por más viviendas a bajo costo para trabajadores que apenas ganan el salario mínimo.

“Las personas que trabajamos en los hoteles, en los campos, en las fábricas de California necesitamos un buen hogar donde criar a nuestros hijos”, concluye.

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