Naciones Unidas, 16 nov (EFE).- Un grupo de personalidades del ámbito de los derechos humanos y la protección a la infancia han enviado hoy una carta abierta al secretario general de la ONU, António Guterres, para que incluya al Ejército de Israel, las brigadas Al Qassam de Hamás y la Yihad Islámica en la “lista de la vergüenza” de perpetradores de graves violaciones a los niños en conflictos.
La carta, que permanece abierta a quien la quiera suscribir, viene firmada por los directores actuales de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, y de Human Right Watch, Tirana Hassan, dos exdirectores de UNICEF (Carol Bellamy y Anthony Lake), y una decena de directores o exdirectores de organismos relacionados con la protección de la infancia.
La inclusión de países en esta “lista de la vergüenza” no es nueva: en junio pasado, la ONU incluyó a las Fuerzas Armadas de Rusia y grupos afiliados, tras atribuirles la muerte de más de un centenar de menores y heridas a más de medio millar durante 2022.
Los firmantes de la carta de hoy recuerdan que hasta el 7 de noviembre los bombardeos israelíes mataron a 4.237 niños palestinos, según cifras del ministerio de Salud en Gaza, lo que representó un 40 % de las víctimas civiles; por su parte, los ataques del 7 de octubre de Hamás y la Yihad Islámica costaron la vida a 31 niños israelíes, y además se llevaron a otros 30 niños como rehenes.
Además de las muertes y los secuestros, los bombardeos de Israel han dañado 278 edificios escolares y 120 instalaciones de salud, y los cortes de electricidad y restricciones a la entrada de combustible están dificultando el tratamiento o el traslado de niños enfermos o heridos en Gaza.
“La muerte o mutilación de niños, su secuestro, los ataques a escuelas y hospitales y la denegación de ayuda humanitaria son graves atropellos a los niños en conflictos armados”, recuerdan los firmantes.
La inclusión de Israel, Hamás y Yihad Islámica en esta lista debería incluir referencias explícitas al respeto y la protección de los derechos infantiles, recuerdan sus firmantes, que insisten en que “es imperativo para todas las partes respetar escrupulosamente la ley humanitaria en el curso de los combates”.