MES DE LA MUJER | Nacida en Ecatepec de Morelos, Ciudad de México, reside en la ciudad de Winston Salem (Carolina del Norte), donde es la Jefa Oficial de la organización sin fines de lucro Hábitat for Humanity, del condado de Forsyth.
Redacción y fotos: | Enrique Catana
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Tuvo una infancia muy buena y guarda gratos recuerdos de ella. Su vida siempre estuvo centrada en su familia y en ese momento, no cree haber sentido ninguna necesidad.
Nacida en Ecatepec de Morelos, Ciudad de México, reside en la ciudad de Winston Salem (Carolina del Norte), donde actualmente trabaja para la organización sin fines de lucro Hábitat for Humanity, del condado de Forsyth, como su Jefa Oficial.
MIGRANTES
Llegó a los Estados Unidos a los 5 años de edad, porque sus padres, como todos los migrantes, estaban en busca del ‘sueño americano’. Ellos querían brindarle una mejor calidad de vida, más oportunidades educativas y un futuro con más estabilidad.
Dejaron atrás su país de origen y a su familia, con la esperanza de construir un nuevo comienzo y ofrecerles mayores posibilidades de crecimiento y éxito, tanto a ella como a su hermano.
Ahora, al mirar hacia atrás, puede ver la realidad del esfuerzo que hicieron sus padres para brindarles la calidad de vida que tenían, a pesar de contar con pocos recursos y trabajar en empleos de muy bajo salario.
ESTUDIOS
Tiene un título universitario en Trabajo Social de la Universidad de Winston-Salem State.
Durante su adolescencia pensaba que la universidad no sería una posibilidad para ella por ser una persona indocumentada. Sin embargo, en 2012, durante la presidencia de Barack Obama se aprobó el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), lo que le abrió muchas puertas y le dio la oportunidad de seguir sus estudios.
“Gracias a becas, mis buenas calificaciones y el apoyo que recibí, logré obtener mi título sin necesidad de pedir ningún préstamo”, dijo Paola, con orgullo.
PERSEVERANTE
Creciendo en Estados Unidos como persona indocumentada, muchas veces sintió miedo y frustración. Sabía que no quería conformarse con trabajos que pagaran en efectivo, ni quedarse atrapada en una situación donde no pudiera progresar en la carrera que deseaba.
Además, la idea de no poder obtener una licencia de conducir le generaba temor, vivir con la constante preocupación de manejar sin ese privilegio. Tenía que enfrentar la dura realidad de que esa era su situación y la de sus padres.
Sin embargo, esos momentos difíciles le enseñaron a ser resiliente y a no rendirse. Aprendió que las dificultades no son el final del camino, sino oportunidades para crecer y ser más fuerte.
Gracias a este enfoque y a DACA, logró terminar su carrera universitaria, obtener su licencia de conducir y consiguió su primer trabajo como coordinadora de asistencia en Catholic Charities Diocese of Charlotte.
CRECIMIENTO
Ahora, a sus 30 años de edad, tiene la oportunidad de ser la ejecutiva de programas y servicios de una organización internacional como Hábitat for Humanity, del Condado de Forsyth.
“Estoy profundamente orgullosa del progreso que he logrado y de dónde estoy ahora, pero sé que aún no he terminado”, dijo Paola a HOLA News.
Una de las inspiraciones más grandes son sus padres y el sacrificio que han hecho para darle la oportunidad de estar donde está hoy en día. Ellos le motivan a trabajar duro y a ser mejor cada día.
MUJER
“Nosotras hemos sido creadas para hacer historia. Muchas veces, especialmente en la comunidad hispana, nos quedamos calladas, no hablamos y permitimos que nuestra voz sea silenciada”, dijo Paola, sobre lo que significa ser mujer.
Uno de sus pasatiempos favoritos es ir al gimnasio, especialmente tomar clases de ciclismo/spinning, que le ayudan a mantenerse activa y con energía. También disfruta salir a pasear, viajar y explorar nuevos lugares.