Naciones Unidas, 25 sep (EFE).- Los 193 estados miembros de la ONU, más empresas tecnológicas, expertos y miembros de la sociedad civil se reunieron este jueves en un inusual y multitudinario evento en la ONU para volcar sus ideas sobre la gobernanza de la inteligencia artificial (IA).
Se trataba del primer Diálogo global sobre gobernanza de la IA, un foro facilitado por España y Costa Rica y aprobado por la Asamblea General para que cuantos más actores posibles participen en el desarrollo y los límites de la IA, aunque el formato final fue una sucesión de discursos.
“El objetivo de este diálogo es asegurar que cada país tiene voz al dar forma a esta tecnología”, recordó la presidenta de la Asamblea General, Annalena Baerbock, advirtiendo contra “dejar” el poder de la IA en manos de “unos pocos privilegiados” y que la “innovación adelante a la ética”.
Entre los ponentes destacados estuvo la periodista filipina Maria Ressa, cofundadora del medio Rappler, paladina de la libertad de prensa y premio Nobel de la Paz, que reclamó “integridad informativa” para combatir la pérdida de “los hechos, la verdad y la confianza” que propicia la IA.
Ressa hizo una llamada directa a las 'Big Tech' para “acabar con la impunidad en el mundo virtual” y lamentó que “los algoritmos premian el escándalo sobre la empatía, esparciendo miedo, rabia y odio”, y pidió por eso regular la tecnología por “seguridad pública”, como se hizo con las armas nucleares.
Le siguieron ejecutivos de dos grandes tecnológicas, Microsoft y Meta, dos firmas que financian y desarrollan esta tecnología, que no hicieron alusión a las amenazas de la IA y se centraron en ensalzar las oportunidades que presenta, reclamando más colaboraciones público privadas.
Oportunidades, amenazas y derechos humanos
El presidente de Microsoft, Brad Smith, señaló que la IA requiere “cimientos”, pues no estará disponible para un país a menos que este tenga “electricidad, conectividad y acceso amplio a las capacidades digitales”, y son unas 3.900 millones de personas las que carecen de esas condiciones.
Joel Kaplan, jefe de política global de Meta, aseguró que su empresa ofrece “de manera inclusiva” sus productos de IA y coincidió en reclamar “talento, energía datos y computación”, tras lo que instó a “quitar barreras a la innovación” y aplaudió el plan de acción de la Casa Blanca sobre la IA.
Eso sí, Smith agregó que hace falta gobernanza, el tema central de la tarde, a todos los niveles, “incluyendo dentro de las empresas tecnológicas”, un comentario que no desarrolló.
Un representante del Massachusetts Institute of Technology (MIT), una de las universidades más prestigiosas de EE.UU., Daron Acemoglu, defendió los beneficios de la IA, “desarrollada y usada adecuadamente”, pero matizó que a la vez esta es “la mayor amenaza que ha enfrentado la humanidad”.
“No es por el riesgo de que las máquinas de súper inteligencia nos dominen, el peligro real es que la IA socavará nuestra capacidad de aprender, experimentar, compartir nuestro conocimiento” si elimina trabajos, desalienta la curiosidad y “empodera a un puñado de empresas a dirigir nuestras vidas”.
La canciller de Letonia, Braze Baiba, que habló en nombre de la Unión Europea, aplaudió el uso de la ONU como foro y reivindicó que la gobernanza de la IA debe seguir un “enfoque centrado en los humanos y los derechos humanos”, y dijo esperar más diálogo el año que viene en Ginebra.
En paralelo al Diálogo, que era una reunión de alto nivel con carácter informal, la IA dominaba también una reunión en el Consejo de Seguridad, y se abría la búsqueda de candidatos para formar un panel científico independiente sobre gobernanza que ayudará a “anticiparse a retos emergentes”.