Washington, 7 jul (EFE).- El envío de bombas de racimo a Ucrania por parte de Estados Unidos, anunciado este viernes, ha sido recibido con oposición en el bando demócrata y halagos en el republicano, para quienes mandar armamento es la manera más rápida de derrotar a Rusia.
“Las bombas de racimo tienen el potencial de dañar a civiles años después de que los conflictos acaben”, recalcó en Twitter la congresista demócrata Chrissy Houlahan, representante de Pensilvania y contraria a la idea de que es necesario utilizar el mismo armamento al que está recurriendo Rusia.
“La Historia recuerda tanto al ganador de una guerra como la forma en la que esta se venció”, dijo la integrante de la Cámara de Representantes, copresidenta del caucus bipartidista de Desminado, para quien la victoria ucraniana no puede llegar “a expensas” de los valores estadounidenses.
La decisión de mandar ese tipo de armamento, que Estados Unidos no ve como una solución definitiva, se confirmó este viernes y según el Pentágono servirá para asegurar el suministro de artillería en toda la coalición que apoya a Kiev.
“Mantengo mi fuerte apoyo a ayudar a Ucrania a hacer frente a la brutal agresión de Rusia, pero las bombas de racimo no van a ayudar. Pido a (el presidente, Joe) Biden que escuche a nuestros aliados de la OTAN, como el Reino Unido, Francia, Alemania y España, que se oponen al envío”, añadió también en Twitter el demócrata Jim McGovern.
Para la igualmente progresista Sara Jacobs, representante de California, ya se ha visto en Camboya y Vietnam cómo esas bombas hieren a civiles en la posguerra y habría que hacer todo lo posible para evitar “el sufrimiento, la mutilación y la muerte”.
Las bombas de racimo dispersan una gran cantidad de submuniciones explosivas y algunas de ellas no explotan y acaban enterradas en el suelo, donde pueden herir a civiles mucho después del final de una guerra.
Justo este jueves, la legisladora demócrata Ilhan Omar introdujo una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés) para prohibir la venta de ese tipo de armamento, recordando que 123 países, entre los que no está Ucrania, han ratificado una convención que veta su uso.
El propio Biden reconoció este viernes en una entrevista a la CNN que la decisión fue “difícil” pero necesaria ya que “los ucranianos se están quedando sin munición”.
Los republicanos aplaudieron el paso dado. “Cuanto antes eche Ucrania a las tropas rusas, antes estarán a salvo los civiles. Mandar a Ucrania las armas que necesita es la manera más rápida de acabar la guerra”, sostuvo en Twitter el senador republicano Tom Cotton.
El también conservador Michael McCaul, presidente del Comité de Exteriores de la Cámara de Representantes, recalcó que el Ejecutivo estadounidense no puede parar ahí.
“Es decisivo que también envíe (misiles) ATACMS, que tienen un alcance similar al misil de crucero Storm Shadow que el Reino Unido ya ha mandado, y deben acelerar la entrega de los (cazas) F-16”, apuntó en un comunicado firmado junto a sus colegas de bancada Roger Wicker y Jim Risch.