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Mount Pleasant, un barrio latino en Washington “paralizado” por el miedo a las redadas

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Washington, 22 ago (EFE).- Son las doce del mediodía. En el barrio de Mount Pleasant, uno de los enclaves latinos de Washington, se respira un ambiente enrarecido. Las terrazas están vacías y en los bares apenas hay comensales. Los vivos colores de las casas no consiguen rellenar el silencio en el que se ha sumido el barrio desde hace casi dos semanas, exactamente desde el día que el presidente Donald Trump, desplegó a la Guardia Nacional en la capital.

Fotografía que muestra carteles en contra de la redadas este jueves, en Washington (EE.UU.). EFE/ Esteban Capdepon Sendra

Una gran lona recibe en la plaza principal: ‘No a las deportaciones en Mount Pleasant. No a la Migra’, se lee en español en letras grandes . El mensaje resume el sentimiento de este barrio al noreste de la capital -conocido como el ‘Pequeño El Salvador’ por la fuerte presencia salvadoreña- cuyos vecinos viven con “miedo” y a escondidas lo que denuncian como “una campaña contra los hispanos”.

Fotografía que muestra carteles en contra de la redadas este jueves, en Washington (EE.UU.). EFE/ Esteban Capdepon Sendra

“Esto es solo contra nosotros. No se ve a los etíopes, a los chinos o a otros con miedo. Vienen a por los hispanos”, explica a EFE una mujer salvadoreña que trabaja desde hace casi veinte años en un restaurante de la zona. Pide mantener el anonimato porque tiene “miedo”.

Además, trabaja como conductora de VTC, pero desde que empezó esta situación no se atreve a subirse al coche. Teme que la arreste el servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), a pesar de tener permiso de trabajo y residencia.

La semana pasada, Trump declaró una “Emergencia de Seguridad Pública” en Washington con la que tomó el control de la Policía del Distrito de Columbia y desplegó la Guardia Nacional en la capital bajo el pretexto de luchar contra la criminalidad, que aunque alta, registra en DC sus índices más bajos en treinta años.

También ha aumentado la presencia de agentes del FBI, la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Servicio de Control de Inmigación y Aduanas (ICE), quienes según la fiscal general, Pam Bondi, ya han realizado 630 arrestos. Activistas y organizaciones denuncian que el operativo se ha aprovechado para arrestar a inmigrantes indocumentados.

“La gente tiene mucho miedo”, interviene un hombre sentado en la barra del establecimiento, el único cliente. “Además”, sigue, “la presión psicológica es enorme porque lo ves en la calle y luego en las redes”.

“Cada vez que veo unas luces siento miedo de lo que puede pasar”, confiesa el señor, también salvadoreño, que tampoco quiere desvelar su nombre.

Ambos cuentan que, como la mayoría de los latinos del barrio, han “paralizado” sus vidas: no van a lugares de ocio, hacen la compra online y solo salen de casa para ir a trabajar.

“Sé que por ser latina estoy en riesgo. Me da miedo ir al trabajo y que me detengan, ¿qué pasaría con mi hijo de 3 años?”, lamenta la mesera.

En otro restaurante a pocos metros también han notado una fuerte caída en el número de clientes.

“Nos han llamado las empresas de suministro para preguntar por qué no hacemos pedidos, pero es que no tenemos clientes a los que vender el producto”, explica el gerente de este local especializado en pollo.

Dice que los clientes llegan con cuentagotas y que no consiguen compensarlo con los pedidos a domicilio porque “no hay repartidores”. Muchos en este último colectivo, compuesto principalmente por latinoamericanos, han parado de trabajar, mientras que otros que no dejaron de hacerlo han sido arrestados por los agentes de inmigración.

“Hemos reducido los turnos del personal porque no hay trabajo”, comenta.

La mayoría de vecinos conoce a alguien que ha sido detenido. Sin ir más lejos un trabajador de ese mismo local de pollo.

“Dejó de venir un día, otro día, no sabíamos nada de él y un día una compañera vio un vídeo en TikTok en el que se ve cómo es detenido”, indica con tristeza el gerente.

En todas las conversaciones mantenidas con los vecinos hay un solo deseo: que la situación pase pronto.

“Dijeron que durará un mes. Yo le rezo a Dios para que sea rápido y vaya todo bien”, pide una mujer de mayor que vuelve de la compra.

Aunque esta era la fecha inicial, Trump ya ha advertido que quiere extender el operativo porque no lo considera “suficiente”. Para ello necesitará el aval del Congreso, donde tiene mayoría.

Mientras tanto, la comunidad latina en Washington continuará sufriendo las consecuencias de sus políticas y esperando tiempos mejores.

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