Los Ángeles, 15 dic (EFE).- Los grandes comercios minoristas no comparten la suficiente información a sus clientes sobre los peligros para la salud de las estufas y hornos de gas en Estados Unidos, encontró una encuesta divulgada hoy por el Fondo Educacional del Grupo Nacional de Investigación de Interés Público (US PIRG) y el Sierra Club.
La encuesta, realizada en 10 estados, reveló que a casi tres de cada cuatro clientes entrevistados se les dijo que la contaminación de las estufas de gas no era motivo de preocupación.
A más de seis de cada 10 se les indicó que la ventilación “era innecesaria” para proteger la salud cuando se usaban las estufas de gas.
Los investigadores destacaron que los niños que viven en casas con fogones de gas tienen 42 % más de probabilidades de desarrollar síntomas de asma y 24 % más de ser diagnosticados con asma.
Amneh Minkara, subdirectora de la Campaña de Electrificación del Sierra Club, destacó en un comunicado que la industria del gas “ha dedicado décadas comercializando como seguras” las estufas y los fogones de gas, y ha sembrado dudas acerca de los claros estudios científicos que relacionan esta forma de cocinar con el asma y otros afecciones a la salud.
Aunque reconoce que los vendedores de las compañías minoristas no deben saber todo sobre este tema, Minkara advierte que al público “se le obliga a depender sólo de la información que este personal facilita”.
“Los riesgos para la salud asociados con los fogones de gas deben compartirse ampliamente con los consumidores al ofrecer distintas alternativas”, insistió Minkara.
Además de la responsabilidad de los minoristas que venden las estufas, fogones y hornos de gas, la activista apuntó la responsabilidad de las agencias federales encargadas de proteger a los consumidores y la salud pública por no actuar y por dejar al público “en gran parte desinformado de los riesgos de cocinar con estufas de gas y de qué pueden hacer para protegerse a sí mismos y sus familias”.
El reporte surge tras estudios que revelan que los fogones de gas emiten continuamente metano y otros contaminantes peligrosos como el benceno, incluso cuando están apagados.
En octubre pasado un estudio del instituto de investigación de políticas y ciencias energéticas PSE Healthy Energy encontró que las estufas de gas en los hogares de California provocan fugas de benceno que generan concentraciones de hasta siete veces el límite recomendado de exposición, lo que aumenta los riesgos de padecer cáncer.
Los investigadores también encontraron que las fugas de gas de bajo nivel cuando las estufas están apagadas pueden generar concentraciones peligrosas de benceno en los hogares, adicionales a las fugas que pueden ocurrir cuando las estufas están en uso.