Miami, 11 abr (EFE).- La alcaldesa del condado de Miami-Dade (Florida), Daniella Levine Cava, vetó este viernes una legislación que terminaba con la fluoración de agua potable en esa comunidad, a pesar de que la política tiene un gran respaldo del Gobierno de Florida y la Casa Blanca.
Con su decisión, la alcaldesa demócrata echó abajo un proyecto legislativo para poner fin al programa de fluoración del condado aprobado por una coalición bipartidista que respalda el fin de la práctica que comenzó en la década de 1950.
Los comisionados que aprobaron la norma argumentaron que la fluoración del agua ha acarreado problemas de salud.
En su veto, Levine Cava citó recomendaciones médicas que advierten que el agua fluorada es necesaria para la salud dental y criticó los argumentos de quienes sacaron adelante la norma.
“Ningún estudio importante ha demostrado daños con los niveles de flúor que se utilizan en Miami-Dade… Eliminar la fluoración podría tener consecuencias reales y duraderas, especialmente para los niños y las familias que no pueden costear la atención dental regular”, dijo en una conferencia de prensa la alcaldesa.
El veto también va en contravía de la posición del gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, y del secretario de Salud de EE.UU., Robert F. Kennedy Jr, y el movimiento conservador sobre esta práctica.
La semana pasada Kennedy Jr. pidió a las autoridades estatales poner fin a la fluoración de agua potable, una medida que fue tomada recientemente por el estado de Utah.
En consonancia con este pedido, La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) ha iniciado una revisión a la nueva información científica sobre los posibles riesgos para la salud del flúor en el agua potable.
El flúor ha sido un añadido habitual en el agua corriente de uso doméstico desde hace más de ochenta años en Estados Unidos, y su prohibición en Utah ha sido criticada por expertos en salud y dentistas.
Los CDC indican en su página web que la fluoración del agua comunitaria es “una estrategia fundamental” para la prevención de la caries en EE.UU. y una forma “práctica, rentable y equitativa” de mejorar la salud bucodental de la población.
No está claro si los CDC cambiarán sus indicaciones ya que los centros están bajo la autoridad de Kennedy Jr.