Ciudad de México, 12 jun (EFE).- A través de “Golondrinas”, libro con un estilo muy propio a caballo entre lo entendido como lenguaje literario y el periodismo más de calle, su autor, Emiliano Ruiz, compone la historia de un barrio marginal en la periferia de la Ciudad de México -que podría ser cualquier otro- e insiste en entrevista con Efe en la necesidad de descentralizar la mirada.
“Hay que descentralizar toda esta mirada de tener el crecimiento desmedido de las ciudades. México es demasiado centralista y tenemos que acabar con esta tendencia”, compartió el autor, que tardó nueve años en reportear el texto y escribirlo.
Con el subtítulo “Un barrio marginal del tamaño del mundo” el libro cuenta, a través de varias personas residentes en el barrio de las Golondrinas, en Ecatepec, uno de los barrios más humildes del Estado de México y uno de los más poblados del país, la historia de este lugar, pero también la de muchas otras partes del mundo, ante el crecimiento exacerbado de la periferia.
“Este libro se suma a esa ola que trata de entender ese fenómeno, y que bueno, porque sino que flojera (pereza) estar viendo siempre las historias de lo que dijo el diputado y que eso sean las noticias, las noticias son más que eso”, sentenció el periodista.
Ruiz acudió por años a Golondrinas y, al establecer relaciones con los pobladores del lugar se fue dando cuenta de la relevancia de contar este barrio a personas de todo el mundo, pues podrían sentirse identificadas, fueran de donde fueran.
“Es lo que yo encontré, que contando un barrio marginal se podían contar muchos barrios marginales. (…) El hecho de que mandemos a la gente más pobre a los lugares más peligrosos, a las laderas donde hay inundaciones o junto a vertederos de desechos tóxicos ocurre en Golondrinas y ocurre en muchas partes del mundo”, compartió el autor.
Y al escribir este libro el autor contribuye a una tendencia que se está viendo acentuada en los últimos años, la de buscar nuevos enfoques y contar las historias de lugares que por mucho tiempo no pudieron ser protagonistas.
“Las historias no son solo estadísticas, no son solo grandes ángulos, no son solo tendencias, son personas concretas que viven dificultades y procesos muy heroicos para construir su espacio vital y sobrevivir. Y eso lo tenemos que contar, tenemos que irlo a ver aunque nos cueste tiempo, para poder hacer una relación profunda”, terminó.