Washington, 23 may (EFE).- La periodista y activista opositora iraní Masih Alinejad, blanco de dos intentos de asesinato atribuidos a la República Islámica, celebra la condena de sus agresores como una victoria histórica y promete que seguirá luchando porque, asegura, “no pueden matar” las ideas que defiende.
“Les digo a los ayatolás que vengan y me maten. Pero no podrán matar mis ideas, que son la lucha por la libertad, la democracia y la dignidad”, declara Alinejad, de 48 años, en una entrevista con EFE en Washington, ciudad que visitó esta semana para participar en el Middle East Forum.
En abril pasado, un juez federal de Nueva York declaró culpables a dos sicarios de la mafia rusa que, según la Fiscalía, fueron contratados en 2022 por el Gobierno iraní para asesinar a Alinejad a cambio de 500.000 dólares.
Nacida en 1976 en Irán, Alinejad huyó del país en 2007, primero a Londres y luego a Nueva York, tras publicar un artículo en el diario Etemad que denunciaba la corrupción del Gobierno del entonces presidente Mahmud Ahmadineyad.
Una “humillación” para el ayatolá

Describe el proceso judicial como un “gran día” en su vida y una derrota contundente para el régimen. “Vi a los asesinos con mis propios ojos en el juicio público, y aunque sentí miedo y un sinfín de emociones, cuando escuché la condena, comencé a cantar y a bailar en las calles”, cuenta.
Para la activista, esta sentencia no solo golpea a los autores materiales del complot, sino también al líder supremo, Ali Jameneí, y a la Guardia Revolucionaria Islámica, cuya imagen, dice, quedó “humillada” por la Justicia estadounidense.
Alinejad, que presume de su abundante cabellera como su “mejor arma”, lidera una campaña digital que invita a las mujeres iraníes a quitarse el velo como gesto de desafío a la policía de la moral.
Su activismo, asegura, la ha convertido en un objetivo constante del Gobierno iraní, alterando profundamente su vida y la de su familia en Nueva York. “He sido víctima de dos intentos de asesinato y un secuestro”, explica. En los últimos tres años, ha tenido que mudarse 21 veces por razones de seguridad.
“A veces me digo a mí misma que ya es suficiente. Pero luego veo a mis heroínas, las mujeres iraníes, las madres de aquellos que fueron asesinados por el régimen y están luchando de nuevo”, relata sobre la fuente de su inspiración.
No a las negociaciones de Trump con Irán

Alinejad se muestra tajante ante cualquier acercamiento con Teherán, incluido el del Gobierno de Donald Trump, que este viernes participó en Roma en una quinta ronda de contactos para renegociar un acuerdo nuclear.
“Conocemos este régimen mejor que nadie. Las negociaciones, el acuerdo nuclear, solo fortalecerán a la República Islámica”, sostiene.
Recuerda que muchos iraníes celebraron cuando Trump se retiró en 2018 del acuerdo firmado por Barack Obama en 2015, pero asegura que ahora están “conmocionados” por las nuevas negociaciones.
Alinejad afirma no ver rastro de la estrategia de “máxima presión” que prometieron los republicanos. “Negociar con la República Islámica no es máxima presión, es legitimar a un régimen que mata a la gente”, subraya.
Aunque admite que las sanciones financieras “impactan” al pueblo iraní, considera que la corrupción del Gobierno islámico resulta aún más dañina.
“Cuando el Gobierno estadounidense reparte dinero a la República Islámica, ese dinero no va al pueblo de Irán. Va a Hamás. Va a los hutíes en Yemen. Va a Hezbolá. El dinero nunca, nunca va a los pobres”, sostiene.
Por todo ello, afirma que no abandonará su causa hasta que haya un cambio de régimen en Teherán. “Ese día voy a regresar a mi país, abrazar a mi madre y a la gente que extraño, y voy a bailar y cantar por la libertad”.