Washington, 22 ago (EFE).- Más de 160 organizaciones de derechos civiles y religiosos exigieron hoy al Gobierno del presidente Joe Biden que ponga fin a las violaciones a la libertad religiosa de los migrantes atribuidas a la Patrulla Fronteriza.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y la Coalición Sij encabezaron el reclamo ante lo que describen como “grave maltrato” de los migrantes, cuyas pertenencias personales, incluidos artículos religiosos de su fe, son confiscadas y frecuentemente echadas a la basura.
“Además, informes recientes revelan que la Patrulla Fronteriza ha negado a los migrantes comidas que se ajusten a sus creencias religiosas”, señalan los grupos en una carta enviada a los titulares de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Chris Magnus, y del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), Tae D. Johnson.
La semana pasada tres legisladores demócratas demandaron de la CBP explicaciones sobre la incautación de turbantes y otros símbolos religiosos del sijismo.
En su carta de hoy ACLU, la Coalición Sij y los otros firmantes señalaron que sus preocupaciones no son nuevas. “Por años muchas de estas organizaciones han notificado al Departamento de Seguridad Nacional sobre estas prácticas ofensivas e ilegales”, enfatizaron.
“Nos preocupa profundamente que CBP no haya tomado medidas de remedio en respuesta a estas quejas, permitiendo que los funcionarios en la frontera sigan burlándose de la ley con aparente impunidad”, añadieron.
Entre los firmantes de la carta se cuentan organizaciones musulmanas, ateas, bautistas, católicas, judías y evangélicas luteranas, así como grupos que abogan por los inmigrantes.
Entre enero y julio de este año la ACLU en Arizona y otros grupos asociados han documentado 65 confiscaciones de turbantes efectuadas por CBP, así como la confiscación de su hijab a una mujer musulmana.
En una carta de la semana pasada, los representantes federales Joaquín Castro, de Texas; Raúl Grijalba, de Arizona, y Judy Chu, de California, indicaron que en algunos sectores de operaciones de CBP son confiscados de forma rutinaria los turbantes y otras pertenencias de los sijs que piden asilo.
Los legisladores dieron un plazo hasta el 6 de septiembre a Magnus para que la agencia explique qué acciones ha tomado para asegurar que sus agentes no confisquen o desechen artículos religiosos, incluidos turbantes.
Amrith Kaur Aakre, directora de la Coalición Legal Sij, dijo que “hasta hace apenas pocos días los migrantes sijs seguían siendo maltratados en la frontera sur”.
Jonathan Blazer, director de Estrategias de Frontera en ACLU, dijo que su organización ha bregado “por años contra este tipo de maltrato de los migrantes”.
“Es claro que el comportamiento de cada agente, las políticas de la agencia y la cultura en el sitio de trabajo deben cambiar”, añadió.
El sijismo es una religión de origen indio con alrededor de 30 millones de fieles en todo el mundo, cuyo código de conducta prescribe para los hombres el uso de turbante y para las mujeres un turbante o un velo tradicional para cubrir el cabello.