Tegucigalpa, 7 jun (EFE).- Más de 110.000 migrantes han entrado este año a Honduras, casi el triple de los que ingresaron al país en el mismo período de 2022, con la idea de llegar a EE.UU. en busca de mejores condiciones o huyendo de la violencia, alertaron este miércoles expertos en la temática.
Desde el 1 de enero hasta el 4 de junio un total de 110.805 migrantes en movilidad habían ingresado a Honduras, lo que supone 69.337 personas más (167,2 %) que los 41.468 que entraron en el mismo período de 2022, de acuerdo a cifras oficiales.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha seguido “muy de cerca” el aumento de migrantes en tránsito por el país centroamericano desde 2022, dijo a EFE el jefe de misión del organismo para Honduras y El Salvador, Nicola Graviano.
Destacó que la OIM trabaja de “manera conjunta y coordinada” con el Gobierno de Honduras, la sociedad civil y la Red Humanitaria, que lideran el Sistema de la ONU y la Secretaria de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales, en la atención de migrantes en movilidad.
La OIM ha apoyado a Honduras en la habilitación de albergues y áreas de descanso para migrantes, y el fortalecimiento de capacidades del personal que atiende a estas personas en gestión de alojamientos temporales, señaló Graviano.
ABANDONAN SUS PAÍSES POR MOTIVACIONES ECONÓMICAS Y VIOLENCIA
Los migrantes abandonan su país de origen por motivaciones “económicas, reunificación familiar y escapar de situaciones de violencia”, enfatizó el representante de la OIM.
Migrantes de Venezuela son el grupo más grande que ha ingresado a Honduras con 39.189, seguido de Haití (16.619), Ecuador (16.031), Cuba (7.236), China (3.740), Uzbekistán (2.928), Colombia (2.736), India (2.462), Senegal (1.879), Angola (1.829), Ghana (1.300), Brasil (1.286) y Chile (1.055), precisó el INM.
El resto de los migrantes proceden de más de una docena de países del mundo, incluidos asiáticos y africanos.
Según Graviano, estos viajeros se enfrentan a “múltiples riesgos” durante su largo recorrido y puso como ejemplo, la selva del Darién, la frontera natural entre Colombia y Panamá, que en los últimos años se ha convertido en “uno de los corredores migratorios más peligrosos del mundo”.
“Las redes de tráfico ilícito de migrantes y trata de personas siguen operando en la región, por lo que es fundamental continuar con campañas de información y sensibilización para que las personas puedan tomar decisiones informadas y no sean víctimas de estos delitos, así como continuar promoviendo vías de migración seguras que no pongan en riesgo la vida de los migrantes”, subrayó.
CAPACIDAD INSTITUCIONAL REBASADA
En Honduras, un paso obligado de migrantes latinoamericanos, africanos y asiáticos, sufren muchos atropellos, principalmente en el cobro ilegal del transporte interurbano, o de agentes policiales, según el Comisionado Nacional de Derechos Humanos (CONADEH).
La creciente entrada en Honduras de migrantes ha “rebasado” la capacidad institucional y representa un “desafío” para el país, señaló a EFE el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Honduras, Rolando Sierra.
El experto considera que la mayoría de los migrantes salen de sus países “buscando mejoras económicas” o por “situaciones de conflicto” en sus naciones.
Honduras debe facilitar el tránsito de estas personas a través de “mecanismos legales y con protección”, subrayó Sierra, quien aplaudió la aprobación en el país de una nueva ampliación, hasta el 1 de enero de 2024, de la amnistía sobre el pago de una multa administrativa, por más de 200 dólares (unos 186 dolares), a los migrantes.