Washington, 24 feb (EFE).- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó este lunes que su primer encuentro del día con su homólogo estadounidense, Donald Trump, fue “muy bien” y “muy amistoso”, en un momento de tensión por la decisión de Washington de negociar directamente con Moscú para poner fin a la guerra en Ucrania.
Macron y Trump se reunieron en el Despacho Oval de la Casa Blanca durante una videoconferencia del G7, en la que el resto de líderes participaron de manera telemática. Inicialmente, estaba previsto que el mandatario francés se sumara de forma remota, pero finalmente acudió en persona aprovechando que se encontraba de visita en Washington.
Al salir de la Casa Blanca, dos horas y cuarenta minutos después de su llegada, Macron declaró a la prensa que la reunión del G7, que se celebró a puerta cerrada, transcurrió de manera “perfecta”.
“Fue muy bien, muy amistoso, como siempre. Hicimos la videoconferencia del G7 en el Despacho Oval y después tuvimos una primera conversación. Volveré dentro de poco”, respondió cuando los periodistas le preguntaron por la acogida de Trump.
Posteriormente, salió caminando de la Casa Blanca, acompañado por su delegación y seguido por periodistas. Seguidamente, se dirigió a la Blair House, la residencia oficial para líderes extranjeros situada frente a la Casa Blanca, antes de regresar a las 12.15 hora local (17.15 GMT).
A continuación, Macron mantendrá una reunión con Trump en el Despacho Oval, seguida de un almuerzo de trabajo y una rueda de prensa conjunta prevista para las 14.00 hora local (20.00 GMT).
Su encuentro coincide con el tercer aniversario del inicio de la guerra en Ucrania. Macron es el primer líder europeo que Trump recibe desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero y, el jueves, se reunirá también con el primer ministro británico, Keir Starmer.
La reunión se produce después de que Trump sorprendiera a Europa al anunciar, el 12 de febrero, que había hablado por teléfono con el presidente ruso, Vladímir Putin, y alcanzado un acuerdo con Moscú para iniciar “negociaciones de inmediato” con el objetivo de poner fin a la guerra.
Ese primer contacto entre delegaciones de Estados Unidos y Rusia tuvo lugar el 18 de febrero en Arabia Saudí, en unas conversaciones que podrían derivar en una cumbre entre Trump y Putin. Sin embargo, ni Kiev ni los países europeos participaron en ellas, lo que generó malestar en el continente.
Además, en los días posteriores, Trump y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, intercambiaron insultos con el ucraniano acusando a su homólogo de vivir en una burbuja de “desinformación” promovida por Rusia, mientras que Trump calificó a Zelenski de “dictador”.
Ante el giro en la postura de Trump, Macron ha intentado unificar a Europa en una posición común y, por eso, la semana pasada organizó dos reuniones con países de la Unión Europea y de la OTAN, así como con Canadá, para coordinar una respuesta.
En redes sociales, Macron adelantó que afrontaría su encuentro con Trump con la intención de apelar a su ego y hacerle ver que es de interés común para estadounidenses y europeos no mostrar debilidad ante Putin durante las negociaciones lideradas por Estados Unidos para poner fin a la guerra.