Washington, 4 dic (EFE).- La exposición directa a la violencia armada, bien sea por presenciar un tiroteo o por recibir un disparo, tiene una “fuerte relación” con el hecho de empezar a portar un arma siendo adolescente, señala el estudio de un grupo de investigadores tras 25 años de seguimiento a un grupo de niños.
Investigadores de la Universidad de Cambridge, de la de Pensilvania y de Harvard han estudiado los patrones de uso y tenencia de armas en adultos y adolescentes de un grupo de menores originarios de Chicago durante casi tres décadas (1995-2021) para determinar cuándo y por qué los estadounidenses empiezan a portar armas, así como el tiempo que las llevan.
Según recoge el estudio, la motivación para tener un arma cambia dependiendo de la edad en la que empiezan a llevarla.
Los que se inician de más jóvenes, bautizados como portadores adolescentes, lo suelen hacer como una reacción tras ser testigos de un acto violento. “Hay una relación fuerte entre estar expuesto a violencia armada con comenzar a llevar un arma pronto”, destaca.
Quienes empiezan de adultos, en cambio, toman esta decisión por una cuestión de seguridad.
“La tenencia de armas entre los adultos puede estar vinculada a la percepción de amenazas de naturaleza más general, como la idea de que existe un peligro de muerte, que hay una guerra civil inminente o que la violencia está justificada para proteger el modo de vida estadounidense”, afirmó la investigación.
Además, han descubierto que dependiendo de cuándo empiezan a tener en su disposición un arma, ésta se convierte en algo que perdura en su vida o no.
Solo el 37 % de los que empezaron a portar una cuando eran adolescentes la seguía teniendo en su poder en 2021 (cuando finalizó el estudio), sin embargo, casi todos los que empezaron a llevarla de adultos (el 85 %) la tenía al finalizar.
Pese a que el porcentaje de los que habían disparado con su arma se encontraba en niveles similares cuando las personas analizadas tenían 40 años, sin importar cuándo tuvieron su primera arma, sí que varia el momento de su primer uso.
“Nadie que empezara a llevar un arma antes de cumplir los 21 años acabó usándola por primera vez después de esa edad”, afirma el estudio.
Además de la edad, hay otros factores que también juegan su papel en el objetivo de la investigación: los hombres tienen más armas que las mujeres (48 % versus 16 %) y los negros doblan a los hispanos y a los blancos.
Pese a estos datos, los investigadores advierten de que este estudio “adquiere una nueva relevancia con los recientes cambios sociales” vividos en el país y señalan la pandemia de la covid-19 y el asesinato de George Floyd como dos de las razones que motivaron, recientemente, la compra de armas en EE.UU..
Según la organización suiza Small Arms Survey, hay 120 armas de fuego por cada 100 estadounidenses. Más armas que personas.