Baltimore (EE.UU.), 2 oct (EFE).- Miles de estibadores se han concentrado este miércoles, por segundo día consecutivo, en la entrada de puertos de toda la costa este y el golfo de México para continuar con una huelga general que comienza a afianzarse y que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho que puede convertirse en un “desastre provocado por el hombre”.
La protesta arrancó la madrugada del pasado martes ante la falta de acuerdo entre el sindicato International Longshoremen’s Association (ILA) y la patronal de navieros USMX (US Maritime Alliance) a la que piden una subida salarial y un acuerdo para frenar la automatización de su oficio, que amenaza sus puestos de trabajo.
“Exigimos un aumento salarial de 5 dólares por hora para cada uno de los seis años del nuevo contrato entre ILA-USMX. Además, queremos un acuerdo absolutamente hermético de que no habrá automatización o semiautomatización”, dijo el presidente del ILA, Harold Daggett, según recoge un comunicado del sindicato.
En las últimas 24 horas, USMX e ILA han intercambiado contraofertas de salarios y USMX aseguró que ha ofrecido un aumento salarial del 50 % y ha pedido una extensión del contrato actual. “Ambas partes se han movido de sus posiciones iniciales y tenemos la esperanza de que podamos reiniciar la negociación colectiva en los temas pendientes”, indicó la patronal de navieras.
La huelga a la que ya se han sumado 45.000 estibadores podría costar más de 2.000 millones de dólares al día, ya que afecta a terminales estratégicas de puertos por donde pasa entre el 43 y 49 % del comercio marítimo del país como Elizabeth/Newark, Houston, Miami o el de Baltimore, donde hoy cientos de trabajadores bloquearon la entrada a las terminales en protesta.
Baltimore es el segundo centro exportador de carbón de Estados Unidos, según datos de la EIA, la Administración de Información Energética, y destaca especialmente por el tránsito de vehículos motorizados.
Biden, que se mostró a favor de los trabajadores, ha pedido que “se sienten a la mesa y acaben con esta huelga”: “Lo último que necesitamos es un desastre provocado por el hombre”, ha dicho en declaraciones a la prensa antes de subir al Air Force One tras compararlo con el “desastre natural” provocado por el huracán Helene.
“Básicamente hay seis propietarios que controlan todos los puertos de todo el camino a la costa este. Han obtenido increíbles beneficios – más del 800 por ciento de beneficios desde la pandemia – y los propietarios están ganando decenas de millones de dólares, lo último que necesitan es sacar provecho de esto” ha instado.
Por su parte, los manifestantes que se encontraban esta mañana en la entrada principal del puerto de Baltimore, la terminal de Dundalk, protestaron a la entrada al puerto sujetando carteles en los que se podía leer: “Las máquinas no alimentan a las familias: Apoya a los trabajadores de la ILA”, en referencia a las críticas por el avance de la robotización en los puertos.
Los trabajadores en huelga no han dejado de gritar proclamas relacionadas con sus exigencias animados megáfono en mano, con cánticos que también iban dirigidos a recordar con orgullo la huelga de 1977, la última vez que este sector se había movilizado.
Los manifestantes no han querido hacer declaraciones a la prensa y han remitido a las comunicaciones de ILA, que en su último comunicado ataca a la patronal por “distorsionar los hechos y engañar al público” sobre el frustrado intento de acuerdo.
De alargarse la protesta y alcanzar las pérdidas que se estiman, el 2024 cerraría como un año difícil para el puerto de Baltimore, pues a principios de año, el 26 de marzo, un buque impactó contra el puente más grande la ciudad, provocando su caída y el cierre de su canal hasta principios de junio.