Ciudad de México, 28 abr (EFE).- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, denunció que hubo “mala fe” y “amarillismo” sobre su salud al retomar este viernes sus actividades oficiales tras cinco días de su contagio de covid-19.
“La gente llegó a preocuparse porque hubo sensacionalismo, amarillismo, mala fe, pero afortunadamente salimos bien y aquí estamos, muy dispuestos a continuar con este proceso de transformación en beneficio de nuestro pueblo”, declaró al reaparecer en su conferencia diaria en el Palacio Nacional.
La salud del mandatario, de 69 años, causó inquietud tras su contagio de covid-19 el domingo pasado, después del que estuvo 72 horas sin emitir ningún mensaje.
El presidente ya había contraído la covid-19 dos veces antes, la primera en enero de 2021 y la segunda en enero de 2022, y en ambas ocasiones publicó imágenes desde el aislamiento.
Además, padece de hipertensión, en enero de 2022 tuvo un cateterismo, una exploración en el corazón, y en diciembre de 2013 sufrió un infarto agudo de miocardio, por lo que entonces tuvo una cirugía coronaria.
“Estamos bien y con muchos deseos de seguir transformando nuestro país en beneficio de nuestro querido pueblo”, insistió ahora López Obrador.
La información sobre su salud causó un conflicto político, en el que organizaciones civiles y la oposición exigieron transparencia por considerarlo un asunto de seguridad nacional e interés público.
Mientras que el Gobierno de México denunció una “campaña de odio” en contra del mandatario por las especulaciones, como un presunto infarto que se desmintió.
“Primero (quiero) agradecerle de todo corazón al pueblo de México por todo su apoyo, su solidaridad. Si digo pueblo, estoy pensando en casi todos los mexicanos que expresaron su preocupación por mi contagio de covid”, comentó López Obrador.
La especulación creció por versiones encontradas sobre su salud.
El día de su contagio, el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, afirmó que el mandatario estaba bien, aunque ya tenía síntomas de la enfermedad.
Mientras que el mandatario reconoció el miércoles que tuvo un “desmayo transitorio”, algo que el Gobierno había desmentido.
Pese a la polémica, López Obrador destacó que durante su enfermedad “hubo muestras de cariño, muchas bendiciones, buenos deseos, cadenas de oración, mucha solidaridad. Se portaron, como siempre, muy bien. Es un amor recíproco”.