San Juan, 1 mar (EFE).- Hace 70 años que los puertorriqueños Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores y Andrés Figueroa abrieron las portadas de los medios de comunicación de todo el mundo tras realizar un tiroteo en el Congreso de Estados Unidos para reivindicar la independencia de Puerto Rico.
“Ocurrió un evento que sacudió el mundo que fue el primero de marzo de 1954. Al día siguiente, todas las primeras planas del planeta eran del acto armado que hicieron los puertorriqueños en el Congreso”, comenta a EFE Rafael Cancel Vázquez, hijo del nacionalista que se encargó de repartir las armas que le había entregado en Nueva York Julio Pinto Gandia, quien ideó el plan.
A sus 34 años, Lebrón, la única mujer del grupo, entró en el hemiciclo en el que había 243 legisladores y gritó: “Viva Puerto Rico”, y junto a Flores, de 27 años, Cancel, de 25, y Figueroa, de 29, realizaron 30 disparos que hirieron a cinco congresistas.
Cancel Vázquez asegura que lo que le llevó a su padre a realizar este acto “fue el amor no sólo por su familia inmediata, sino por su familia extendida que es Puerto Rico”, recalcando que ni su progenitor ni el resto de independentistas tenían la intención de matar a nadie.
Uno de los motivos que llevó a los puertorriqueños a realizar esta acción es que dos años antes, en 1952, se estableció el Estado Libre Asociado a EE.UU., un estatus político vigente en la isla caribeña.
25 años de encarcelamiento
Lebrón recibió una condena de 50 años de cárcel y los hombres una de 75. “Ella sufrió una barbaridad y ellos en la medida que pudieron la protegieron”, relata a EFE María de los Ángeles Vázquez, viuda de Cancel Miranda, quien recuerda que mientras la justicia emitía su sentencia, Lebrón se enteró del fallecimiento de su hijo.
Vázquez, nació en Nueva York, durante 39 años fue profesora en la Universidad de Puerto Rico y estableció una relación con Cancel Miranda dos años antes de que lo excarcelaran, la pasión de ambos por la literatura y la escritura los unió y a él las letras le salvaron en la cárcel. Escribió en total nueve libros y en el último, 'Más allá del espejismo', colaboró Vázquez.
“Él en la cárcel hizo muchas cosas que no solamente lo fortalecieron a él, sino a sus compañeros”, asevera la viuda de Cancel en la casa de ambos, mientras sostiene la guitarra que su pareja adquirió en prisión.
Cancel Miranda enseñó a otros presos a tocar el piano y la guitarra, fue pelotero del año en prisión y mostró su solidaridad con la lucha de otros pueblos oprimidos.
A principios de la década de los 70, un tribunal sugirió a los presos que pidieran perdón presidencial para obtener la libertad, sin embargo ellos rehusaron y dijeron que si alguien tenía que emitir disculpas era el Gobierno estadounidense por su invasión de Puerto Rico en 1898.
Apoyo de Cuba y Nicaragua
En 1979, y tras intensas campañas por la excarcelación de los nacionalistas, así como un canje de prisioneros propuesto por Fidel Castro y el Gobierno de Cuba, el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter firmó la conmutación incondicional de las sentencias de los nacionalistas puertorriqueños.
Los cuatro independentistas, junto al nacionalista puertorriqueño Oscar Collazo, que estaba en prisión por haber intentado asesinar al presidente Harry S. Truman en 1950, llegaron el 12 de septiembre a Puerto Rico y fueron recibidos como héroes nacionales con gritos de júbilo.
“Había una atmósfera eléctrica como de una alegría colectiva y fue algo tremendo esa manifestación recibiéndolos”, recuerda Ana María García, directora y productora del documental 'I'm not sorry for what I did', dedicado a la vida de Cancel Miranda.
Cuba y Nicaragua jugaron un papel clave en la vida posterior al encarcelamiento de los independentistas, ya que ellos nunca aceptaron el pasaporte estadounidense y ambos países les ayudaron a viajar.
Carlos Nieves, que fue como un hijo para Flores y que lo cuidó hasta su lecho de muerte, cuenta que el nacionalista, oriundo de Cabo Rojo, y sus compañeros llevaron la lucha “al exterior a países como Nicaragua, México, Venezuela, Cuba y los países soviéticos”.
“Él siempre creyó que en algún momento Puerto Rico va a ser libre”, afirma Nieves.
Confiando en las nuevas generaciones, Cancel Vázquez mira con esperanza las elecciones de este año en la isla: “Noto un cambio, y por fin veo más cerca que nunca que Puerto Rico pueda coger las riendas de su propio destino”.