Miami, 18 jun (EFE).- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Reporteros Sin Fronteras (RSF), el Comité de Protección a Periodistas (CPJ, en inglés) y más grupos similares denunciaron este miércoles el “creciente deterioro” de la libertad de prensa en El Salvador, donde hay decenas de comunicadores desplazados.
Más de 15 organizaciones internacionales de prensa expresaron una “grave preocupación” y “profunda alarma” por el “acelerado deterioro” de la libertad de prensa en el país centroamericano, donde la Asociación de Periodistas de El Salvador ha documentado el desplazamiento forzado de al menos 40 periodistas.
Los comunicadores han padecido de “un patrón sostenido de hostigamiento, intimidación y restricciones arbitrarias al ejercicio periodístico”, según el pronunciamiento que también firman grupos como Alianza de Medios MX, Artículo 19, Free Press Unlimited (FPU), Fundamedios, y el International Press Institute (IPI).
Los periodistas desplazados trabajan en diversos medios y han investigado abusos de derechos humanos, corrupción y falta de transparencia.
“La salida masiva de profesionales de la prensa genera una profunda crisis de libertad de expresión y ha sembrado un clima de temor generalizado, afectando incluso a las familias de los periodistas exiliados”, advirtió el posicionamiento.
Las asociaciones exigieron al Gobierno de El Salvador, presidido por Nayib Bukele, “garantizar la integridad física y la libertad de todos los periodistas, y cesar inmediatamente cualquier forma de persecución, vigilancia o intimidación”.
También demandaron aclarar las denuncias de APES sobre la existencia de listas de vigilancia y amenazas de captura dirigidas contra periodistas y defensores de derechos humanos, pues el Gobierno salvadoreño no ha desmentido estos señalamientos ni ofrecido garantías.
Asimismo, las asociaciones denunciaron que la situación “se ve agravada” por la reciente aprobación de la Ley de Agentes Extranjeros, que representa “una amenaza directa” a la libertad de prensa porque impone “restricciones severas” y puede usarse como herramienta de persecución contra periodistas y activistas.
“Esperamos que las autoridades actúen con responsabilidad y en apego a los principios democráticos, cesando toda forma de persecución contra periodistas y defensores de derechos humanos. El respeto a la libertad de prensa y a los derechos fundamentales requiere una respuesta clara, urgente y comprometida”, concluyeron.